¿Cómo destruir un país?

En estos tiempos le estamos dejando a los oportunistas de las redes digitales, la responsabilidad en la elección de nuestros gobernantes.

Ellos se amparan en el derecho que se tiene de expresar libremente su pensamiento, pero cuando se les pide alguna explicación, exigen respeto afirmando que no hablan de política.

Colombia se encuentra agonizante, padece el cáncer de la corrupción; para muchos anti patriotas la fórmula milagrosa sería la del cangrejo: ¡sálvese quien pueda, ni siquiera la desconectemos, que siga en su estado terminal!

Nuestro ex ministro Rudolf Hommes confiesa abiertamente que su voto de confianza por Gustavo Petro, ya lo está preocupando.  Mejor sería: “soy uno más de los arrepentidos”.

Paralelamente con lágrimas de dolor, más de ochocientas personalidades de la cultura y de las artes que aclamaron a Petro, presentan una carta al Presidente, expresándole: “No hay un rumbo cierto en el Ministerio de Cultura, lo que hoy sucede en esta cartera no representa una visión progresista de las artes y la cultura”.

Según Invamer, en sólo 10 meses de su gobierno, la aprobación del Presidente Gustavo Petro se desploma, pasó del 50% al 33.8%.

La personalidad agresiva de Petro es notoria cuando se refiere a la elección del Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros en los siguientes téerminos “me metieron el dedo en la boca”

Su comportamiento narcisista se caracteriza por tener una visión exagerada de sí mismo, de sus logros, por la absoluta incapacidad para imaginar que puede estar equivocado, y por una rivalidad fuerte, agresiva, contra quienes lo contradicen.

La paz total de la que tanto se ufanaba, ahora la niega, afirma que es un invento de la prensa. Contrario al gobierno Duque que exigía al Eln la libertad de los secuestrados y cese del fuego para negociar, lo que la oposición criticaba como un “hacer trizas la paz”.

Con exagerado cinismo “Iván Mordisco” no aceptó la ruptura del fuego bilateral ordenada por el presidente, luego de que este grupo criminal asesinara a cuatro niños indígenas en Puerto Leguízamo.

Ante la no aceptación de la ruptura del fuego bilateral, el comisionado de paz le responde a “Iván Mordisco”: “tal decisión está acompañada de nuestra disposición a iniciar la mesa de conversaciones a la mayor brevedad posible…”

Jairo Libreros, docente de la Universidad Externado, considera que “es notorio su tono sumiso”.

Respecto al poder del Estado, Pedro Medellín en El Tiempo, advierte: “el verdadero poder está en sus Fuerzas Armadas… No puede ser que cada vez que los soldados y policías hagan un operativo contra el narcotráfico o alguna actividad ilegal, terminen “retenidos” por la comunidad”.

El narcisismo del presidente continúa el camino hacia la tiranía. Últimamente se burla del Consejo de Estado al hablar de “un golpe blando”, ante lo cual el profesor Rodrigo Uprimny comenta: “Esto enturbia un ambiente político ya enrarecido porque cualquiera de las posibles interpretaciones del trino es mala”.