Colombia vive momentos inciertos, por ello he considerado incluir en ésta columna, reflexiones provenientes de la inspiración poética de importantes figuras de la literatura, tratando de ubicar en ellos la esperanza de un mejor vivir en nuestra patria, un verdadero tesoro ante el cual no podemos ser indiferentes.
Aquí, unos poemas que nos invitan a reconocer las maravillas de nuestra tierra: “Amo tu cielo azul turquí en armonía, / tus llanuras, tus mares, tus montañas, / tus poemas de amor con grata melodía, /el trino de tus aves en las mañanas. /”…
“A mi pueblo natal, / que vive en mi corazón, /te quiero dedicar este poema. / Eres el lugar donde nací, / donde crecí y me formé, / por eso te llevo siempre aquí, / en mi interior. / A ti te debo mi vida, / mis raíces mi cultura, / por eso te quiero, mi pueblo, / por siempre y para siempre/”
Walt Chiman (1.819-1.892) poeta norteamericano, plantea en su poema la grandeza de nuestra existencia: “No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,/sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños./No dejes de creer que las palabras y las poesías/si pueden cambiar el mundo/La vida es desierto y oasis./Nos derriba, nos lastima, nos enseña,/ nos convierte en protagonistas/de nuestra propia historia/Aunque el viento sople en contra,/la poderosa obra continúa:/Tú puedes aportar una estrofa./…no podemos remar en contra de nosotros mismos./La sociedad de hoy somos nosotros/”…
Shawnee Kelly (nacida en 1.976) poeta estadounidense, exalta las actitudes de un buen ciudadano: “Una sonrisa puede crear una amistad, / Un apretón de manos puede elevar el alma;/Un voto puede cambiar una nación, /Una sola vela borra la oscuridad, /Una carcajada conquista la tristeza. /Una mirada puede cambiar dos vidas;/Un beso puede hacer que el amor florezca/Con un paso se inicia cada viaje/” …
León de Grife, en su “Balada del mar no visto” nos deleita con su imaginación, indicándonos las maravillas de un mar desconocido para él, pero que también es patria de todos: “Yo sé de los aromas de amadas cabelleras…/Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos/ y frágiles y tibios;/ Yo aspiré las redomas donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos;/ las zábilas y miras del mago Zoroastro…/Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar./…”
Es poesía que toca los sentimientos de nacidos y no nacidos en nuestro país, de practicantes y no practicantes de la democracia, de población vulnerable, cuya responsabilidad es inevitable.
Siendo la responsabilidad inherente a todo ser humano, constituye un valor primordial para la subsistencia, para convivir entre el amor y la hermandad, si luchamos por ideales justos en un sendero donde brille la verdad.
Marginarse de los deberes y derechos ciudadanos en una sociedad, traerá múltiples efectos negativos.
No habrá mayor ¡dolor de patria! que el comportamiento egoísta de un ciudadano cuando facilita la elección de personajes siniestros en una democracia, desconociendo las obligaciones establecidas en un estado social de derecho.
El Estado es la organización jurídica proveniente de la sociedad, lo que es imposible ignorar.
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