El principal hecho para la sociedad colombiana en el segundo semestre de este año son las elecciones regionales, las cuales presentan varios retos, comenzando por la seguridad frente a la amenaza de los grupos armados; y en materia política, el objetivo de las principales fuerzas hoy en día es lograr ganar la mayor representación en gobernaciones, alcaldías concejos, asambleas y JAL (Juntas Administradoras Locales).
También está el reto que tiene el Congreso de la República de acompasar su tarea legislativa con la participación de los parlamentarios en sus regiones en la campaña, sin que ello afecta el trámite de los proyectos, en mayor medida teniendo en cuenta que en la legislatura que viene sigue la discusión de dos de las grandes reformas que presentó el Gobierno, como son la pensional y la de salud, y otros proyectos de grueso calibre que anunció radicará: la reforma a la Ley 30 de Educación y otra que tiene que ver con moderar para los usuarios los costos de los servicios públicos.
También entran en juego en estos meses en el Congreso los intereses partidistas de cara a las elecciones, en función de que las decisiones que tomen las distintas bancadas frente a determinados proyectos de ley y los debates de control político que promuevan, les ayuden a conseguir más votos en octubre próximo.
Elecciones seguras
Las elecciones en Colombia en las últimas décadas se han realizado bajo la sombra de la violencia por el conflicto y también por el accionar de los grupos armados delincuenciales. Esta situación mermó un poco en los comicios de 2018 y 2019, producto del Acuerdo de Paz con las Farc.
No obstante, la violencia en este momento en los territorios ha vuelto a estadios anteriores, según lo han prevenido la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y la Federación de Departamentos, por el crecimiento de organizaciones como el Eln, el Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia, y porque se han desplegado a más territorios.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, dijo tras una reciente reunión con los partidos de oposición que “nuestro deber es darles garantías a todos los ciudadanos que están en el ejercicio democrático ahora que se acercan unas elecciones regionales. Con la Fuerza Pública, con la Policía, con la Unidad Nacional de Protección, todos los agentes del Estado, tenemos que brindarles seguridad en general a todos los colombianos, pero en particular a quien hace oposición”.
En su reciente Cumbre, los gobernadores manifestaron su preocupación “por el vacío y la improvisación en la implementación del proceso de paz, al igual que por el riesgo de amenaza y constreñimiento en las próximas elecciones regionales, que tal y como nos lo indicaron el señor registrador y el señor defensor, se han empezado a materializar con especial énfasis en el sur del país”.
La procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, alertó con preocupación sobre las diferentes situaciones que se vienen presentando en el territorio nacional y que han incrementado los reportes de violencia y de perturbación del orden público, causadas por prácticas como la minería ilegal, los cultivos ilícitos y el narcotráfico, así como las generadas por las problemáticas sociales como la migración y la trata de personas.
En tanto que el registrador nacional, Alexánder Vega, previno que "con el panorama actual, identificamos que se va a ver afectada la votación en 79 municipios, 600 puestos de votación y se van a ver afectados 1 400 000 colombianos para votar".
Reto político
Las elecciones regionales de este año presentan nuevamente el reto para los ciudadanos de escoger a los mejores dirigentes en sus regiones, que las conduzcan por la senda del desarrollo y de mejorar la calidad de vida de la población.
En tanto que en lo político el objetivo de los partidos tradicionales es mantener la representación mayoritaria que históricamente han tenido en gobernaciones, alcaldías, concejos y JAL.
Además para estas fuerzas tradicionales es vital, en casos particulares, recuperar el poder que en 2019 perdieron a manos de movimientos alternativos, como ocurrió en Bogotá, Cali y Medellín.
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De otro lado está la aspiración del petrismo y sectores afines nucleados en la coalición del Pacto Histórico, que se habían fijado la meta de crecer en las regiones en los comicios de octubre, aprovechando el viento de cola producto de los excelentes resultados el año anterior en las legislativa y el triunfo de Gustavo Petro al llegar a la presidencia.
Esa meta se veía hasta el final de año pasado al alcance de la mano para el Pacto Histórico, porque hace parte de una coalición de gobierno con la base de sectores de izquierda y alternativos, la cual el olfato político del presidente Petro la hizo boyante entonces con los partidos tradicionales Conservador, Liberal y la U.
Se presupuesta entonces por el Pacto Histórico presentar candidatos y listas a concejos propios en algunas de las regiones que fueron claves para el triunfo de Petro en 2022; y en otras zonas del país hacer todo tipo de fórmulas de coalición con sus entonces aliados políticos: conservadores, liberales y de la U.
Sin embargo, la coalición de gobierno de entonces dista mucho de la de hoy, después de que en abril pasado se fracturó debido a la decisión del presidente Petro de darla por finalizada con los partidos Conservador, la U y Liberal porque no le apoyaron la reforma a la salud, debido a que coinciden en que sería negativa frente a lo que hoy existe.
Adicionalmente hoy se tiene un escenario con el jefe de Estado cayendo en las encuestas y el Gobierno desprestigiado por recientes escándalos, como el ocurrido alrededor de la entonces jefa de Gabinete, Laura Sarabia.
Es claro para el Pacto Histórico que las metas para las elecciones de octubre ya no pueden ser tan ambiciosas y tendrá que hacer un esfuerzo muy grande en campaña para cambiar en algo el mapa regional. De lo contrario, es posible que se mantenga porque se repliquen los resultados de 2019 con los liberales y conservadores a la cabeza.
Otro elemento para tener en cuenta es que varios exmandatarios con peso político se presentarían en octubre, posiblemente por movimientos ciudadanos, jalonando las fuerzas de derecha e incluso en algunos casos de centro.
Se hace referencia a Federico Gutiérrez, quien buscaría un nuevo mandato en la alcaldía de Medellín; Álex Char, que iría por un tercer periodo en la alcaldía de Barranquilla, y Dilian Francisca Toro, quien trataría de gobernar por segunda vez en el Valle.
Lo que pase en el próximo trimestre en el Congreso de la República en materia de paz, de orden público, con las reformas que propone el Gobierno, va a ser clave para influir sobre cómo puede inclinarse la balanza política en octubre, pero también en el futuro de las iniciativas de ley.
El caso de la reforma de salud, que apenas ha superado un debate, es un ejemplo de lo que podría suceder por el efecto elecciones.
La iniciativa va a segundo debate en la Cámara de Representantes, donde está por verse si los parlamentarios de partidos como la U y Liberal se deciden a darle una mano al Gobierno para salvar el proyecto, o mejor miran para otro lado temiendo que en las elecciones les pasen la factura a sus candidatos por ayudar a aprobar un proyecto que no ha parado de generar polémica por sus implicaciones.
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