Ya desde la presentación del Plan Nacional de Desarrollo (PND) me causó curiosidad que el gobierno en sus estimaciones a largo plazo, y a pesar de algunas nuevas estrategias en reindustrialización, capacidad exportadora o desarrollo del agro, nunca habló de crecimientos del PIB superiores al 3,6%. Algo totalmente distinto a la mayoría de los planes de desarrollo en el pasado que se pusieron metas superiores al 4%, justamente como un camino para que hubiese más empleo, más equidad, menos pobreza y más inversión pública. La falta de ambición del actual PND supone un apego al corto plazo y poca importancia a lo que viene luego.
Esto mismo de pronto explica las posiciones de gobierno respecto de la transición energética luego del informe de ANH de que Colombia redujo las reservas probadas de petróleo y gas a menos de 7,5 años. Según el gobierno eso no preocupa porque llevamos 40 años oyendo cifras de reservas similares. Se olvidan de que las estimaciones vienen cayendo y que llevamos oyendo lo mismo porque no hemos dejado de firmar nuevos contratos de exploración de gas y petróleo. Dicho de otra manera, el grifo de la piscina ha estado abierto y esta no deja de llenarse, grifo que ahora se ha cerrado.
No hace mucho también el gobierno se molestó cuando se le pidió que en las estimaciones fiscales de la reforma pensional se calculase el escenario de déficit más allá del 2070, cuando justamente entraban a pensionarse la mayoría de los que apenas arrancan su vida laboral y con ello más costos. Un ejemplo más del poco interés a lo que venga luego.
Es como si lo que importara fuese lo que va a ocurrir de aquí al 2026 y de allí en adelante nada. Será por eso que se congelan peajes y nadie habla del costo fiscal exponencial que arranca en 2 billones para el primer año, además de una afectación a inversiones de largo plazo en APPs y concesiones; se habla de una transición energética pero nadie calcula que con turismo no se reemplazan los hidrocarburos ni en 20 años; se promueve el turismo como el gran sector del futuro pero se eliminan los beneficios de IVA y renta en la última reforma tributaria; se gobierna con énfasis en el sector creativo y cultural pero no se tiene ministro en propiedad desde hace rato; se habla de la importancia de crear vacunas en Colombia pero INVIMA tampoco tiene director definitivo; se ve a la ciencia y la tecnología como el canal para la innovación de mediano plazo y las cifras de inversión no acompañan el énfasis; y se llama a aumentar las exportaciones pero con una política de aranceles inteligentes que tienen sesgo antiexportador.
Las únicas reflexiones de largo plazo parecen ser los discursos grandilocuentes que se llevan a escenarios internacionales, que son visionarios algunos y recogen aplausos, pero donde nadie responde si se cumplen o no, porque al final dependen de otros para su éxito.
¿Será posible que esos discursos lleguen a Colombia con acciones puntuales y ejecución activa para que, ya no en el PND, pero si en la realidad, Colombia se acerque a crecer al 4%?
*Rector Universidad EIA
jrestrep@gmail.com
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