EL NUEVO SIGLO habló con dos de los principales analistas políticos del país, respecto a cuál podría ser el margen de acción del presidente Gustavo Petro y qué debería hacer para recuperar la gobernabilidad.
También se les preguntó sobre la posibilidad de concertación de las reformas, qué tanto está avanzando la oposición y si el país está más a la derecha o izquierda. Responden Yann Basset, profesor de ciencias políticas de la Universidad del Rosario, y Eduardo Pizarro Leongómez, analista político, sociólogo e investigador del conflicto armado.
- ¿Qué puede o debe hacer el Gobierno para tratar de recomponer una coalición que le permita sacar adelante sus reformas en el Congreso?
- ¿Qué ve más cercano: que el Gobierno recomponga su coalición parlamentaria o que independientes y oposición creen un bloque para frenar las reformas que consideren no le convienen al país?
- ¿Ve disposición de la Casa de Nariño para flexibilizar sus tesis y avanzar en una verdadera concertación con los partidos para estos proyectos en curso y otros anunciados para segundo semestre?
- A cuatro meses de las elecciones regionales y locales, ¿qué sector arranca la recta final de la campaña mejor posicionado: petrismo o antipetrismo?
- Un año después de la elección de Petro y, con este, ya sumando once meses de mandato ¿El país está hoy más a la derecha o la izquierda que en junio del año pasado?
Complicado que el Gobierno recomponga su coalición si carece de voluntad: Basset
- Negociarlas principalmente. Está bastante claro que el Gobierno no tiene una mayoría para pasar las reformas tal y como quiere. La alternativa es negociar y tratar de consensuar los textos, modificando un poco sus proyectos, pues de lo contrario, sencillamente no van a pasar.
Es más difícil, evidentemente, si estos consensos se dan en un escenario político como el de ahora donde el Gobierno rompió su coalición y quedó en desventaja, pues ha dejado pasar mucho tiempo. Les dio un poco la espalda a sus aliados de principio, pero yo creo que siempre es posible. Obviamente, los partidos tradicionales siempre están muy deseosos de participar en los gobiernos, ya que es un poco su vocación. No tienen grandes apuestas ideológicas, sino que representan, más bien, intereses regionales, sectoriales, etcétera.
Cuanto más dejen pasar el tiempo, más complicado se pone el asunto. También resulta un poco complejo para las elecciones locales, pues ya se está dando un pulso dentro de esos partidos tradicionales, entre defensores del Gobierno y opositores. A todas luces, los partidarios del Gobierno tienen todas las de perder, en realidad.
- Creo que ni lo uno ni lo otro. Creo que la oposición y los partidos tradicionales se pueden unir para hundir unas reformas importantes del Gobierno, particularmente las más fuertes como la laboral y la de salud. Pero, tampoco veo tan fácil que haya una coalición de oposición mayoritaria en el Congreso que se mantenga sistemáticamente hasta el final del gobierno de Petro, pues hay intereses distintos en estos partidos.
Tampoco veo posible cohesionar una coalición antigobierno en el Congreso, también veo complicado que el Gobierno pueda recomponer esta coalición, sobre todo si no tiene voluntad de hacerlo, como parece que es el caso, por lo menos, hasta ahora.
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Si el Ejecutivo no logra acuerdos con la oposición, sencillamente no podría aprobar sus reformas y tendría que gobernar con el marco legal que existe, lo que significa recortar muchas de sus ambiciones.
Ciertamente, esto también representa que va a tener un discurso político en el que culpe a la oposición de haber hundido las reformas y de no querer cambiar el país. Pero sencillamente, el Gobierno no podrá concretar muchas de sus ambiciones. Simplemente, tendrá que tratar de cambiar las cosas en la práctica, pero sin poder modificar este marco legislativo.
- Por el momento no es clara la señal que manda el Gobierno. Lo que ha dicho el ministro de Interior, Luis Fernando Velasco, es que más bien van a tratar de convencer a los congresistas uno por uno, pero es algo muy difícil, sobre todo si hay reformas profundas que se pretenden hacer.
Además, sería desgastante para el Gobierno, pues esas prácticas son siempre susceptibles de ser vistas como clientelistas por la opinión pública. Es complicado y, por el momento, yo no veo voluntad por parte del Gobierno. Pero de pronto, viendo el Gobierno que se topa con un muro, puede cambiar de actitud.
En torno a las prácticas clientelistas y entrega de ‘mermeladas’ cuestionadas durante muchos años, es lo que quiere hacer el Gobierno, pero me parece muy difícil que lo logre si no negocia realmente con los partidos políticos. Son prácticas que no han funcionado para sustentar realmente un programa de gobierno en el pasado.
Por ejemplo, el presidente Iván Duque, al principio de su mandato, había tratado de negociar político por político, sin pasar por los partidos, haciendo una especie de cortocircuito a las organizaciones y no lo logró. Y eso que no tenía grandes propuestas que le generaran oposición en el Congreso. Entonces, lo que muestra la experiencia es que con este tipo de métodos no se llega muy lejos.
- Creo que es muy difícil leer las elecciones locales en estos términos. Las elecciones locales son locales por definición. Quizá el único escenario de grandes ciudades donde se juega un poco en esos términos es en Medellín, pero, aparte de esto, yo creo que las dinámicas son muy propias de cada ciudad.
- Lo que indican las encuestas es que más al lado de la derecha, pues es lógico, ya que hay un desgaste en el ejercicio del Gobierno. La identificación con la izquierda había subido en las encuestas, pero en los últimos sondeos demuestran que la derecha está repuntando.
Sin embargo, hay que decir también que siempre, tanto hace un año como ahora, la oposición con la que se identifica la mayoría de los colombianos es la del centro. Y hay que decirlo, pues existe la idea de que este país está muy polarizado. La verdad es que las encuestas no muestran que sea así.
Creo que Gustavo Petro arrancó bien en el segundo semestre pasado. Realmente, la curva de popularidad del Presidente ha empezado a invertirse en febrero-marzo.
También creo que ha empezado por la ruptura en el seno del Gobierno con el despido de los ministros. Después de eso, el Presidente se encerró en un discurso muy beligerante hacia los opositores y prensa. Además, de pocos resultados a nivel de programa porque el Gobierno no tiene la mayoría en el Gobierno para pasar sus proyectos.
Llegó el momento en que el Presidente debe cambiar forma de gobierno: Pizarro
- Creo que el presidente Gustavo Petro debe cambiar su discurso confrontacional por un discurso que busque construir acuerdos con la oposición política, con enorme realismo. No tiene mayorías en el Congreso y para lograr sacar adelante su agenda reformista necesita hacer acuerdos con los partidos políticos que hoy son mayoría y que están conformando una coalición de oposición mayoritaria.
Es decir, debe tender puentes y pasar de un discurso con pretensiones de cambios muy radicales a una agenda de cambios reformistas importantes que le permitan al país mejorar en el plano social, pero que, al mismo tiempo, le permita construir sobre lo construido.
Es importante no barrer con todo lo que el país ha avanzado en este terreno; es decir, pasar de ser un presidente con posturas radicales a un presidente con posturas reformistas y con capacidad de hacer consensos.
- Creo que la oposición también debe tener una actitud de apertura, pues lo más importante en una democracia no es una oposición obstruccionista que busque bloquear la agenda de Gobierno, sino una oposición constructiva que rechace lo que considere que es negativo para el país; pero que, al mismo tiempo, aplauda y apoye lo que considere que es positivo.
Si le hacemos un llamado al gobierno Petro para que asuma una postura de mayor amplitud, también hay que hacer un llamado a la oposición para que tenga una posición mucho más constructiva.
Es que un fracaso del Gobierno no le conviene al país. Al país lo que le conviene es avanzar y necesitamos madurez tanto del Gobierno como de la oposición.
- Veo que el presidente Gustavo Petro está cometiendo un grave error utilizando el Twitter como medio de comunicación. El Twitter se usa con la cabeza caliente y el Presidente debería consultar más con su equipo de gobierno y hacer menos pronunciamientos, pero más reflexivos. Si esto no es así, el Presidente se va a dar de cabeza con la pared de la oposición política en el Congreso y su gobierno puede ir hacia el fracaso.
Creo que llegó el momento en que el presidente Petro debe cambiar su forma de gobierno y, al mismo tiempo, llamar a sectores moderados de centro, centroizquierda, centroderecha y otros sectores para construir acuerdos fundamentales como lo denominaba Álvaro Gómez Hurtado. Considero que Colombia requiere, en este momento de enormes dificultades, de que haya acuerdos básicos que nos permitan superar las crisis de orden público y crisis social en el país.
- Creo que estas elecciones serán un plebiscito a favor o en contra del Gobierno, o a favor o en contra de la oposición. Así lo están entendiendo. Creo que ese plebiscito puede serle favorable al Gobierno y salir fortalecido, o favorable a la oposición y ser fortalecida.
Pero, en cualquier caso, me parece que una vez pasadas las elecciones de octubre, cualquiera que sea el vencedor (Gobierno u oposición), llegó el momento de pensar fundamentalmente en la necesidad de que haya estabilidad y gobernabilidad en Colombia. Ambos deben ser responsables para evitar un agravamiento del orden público y un fracaso de las políticas del Estado.
Yo le haría un llamado a Gustavo Petro y a la oposición para firmar acuerdos sustanciales que le permitan a Colombia salir adelante. Es decir, es posible que si triunfa la oposición piense que el fracaso de la administración Petro le va a permitir regresar al poder en el 2026, y que eso lleve a una oposición obstruccionista.
Me parece que no sería responsable con el país. Me parece que ellos deben construir su futuro mostrando que son capaces de hacer una oposición constructiva.
Al mismo tiempo, si el gobierno Petro es derrotado, no puede trasladar la gobernabilidad hacia el balcón y con movilizaciones sociales porque sería agravar la confrontación y polarización nacional. También el presidente Petro debe tener actitud constructiva para negociar reformas con la oposición, no tan radicales como él quisiera, pero sí las que el país requiere y que son posibles en acuerdos bajo la correlación de fuerzas que resulte del mes de octubre. Es el momento de pensar en Colombia.
- Es indudable que la imagen positiva del presidente Gustavo Petro ha caído dramáticamente en las encuestas, pero eso no significa que el país se haya ‘derechizado’. Lo que sí demuestra es que el Gobierno ha ido perdiendo fuerza y credibilidad. En ese contexto, es posible que eso se refleje en las urnas del mes de octubre.
Lo que es indudable es que si el presidente Gustavo Petro no reacciona su imagen podría desmejorar en los próximos meses, y su capacidad de ejercicio en poder político se puede ver enormemente limitada.
Por eso debe leer las encuestas, leer las manifestaciones en la calle que se oponen a su gobierno, leer la opinión pública y reaccionar de forma constructiva a ese deterioro de su imagen.
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