Merecedora del Premio Vida y Obra 2023
Pespectiva. Bertha Quintero, orquestadora cultural de Colombia

Andrés Zapata Mejía / Secretaría de Cultura de Bogotá

Para Bertha Quintero, haber ganado el premio Vida y Obra 2023 significa que su gestión en el ámbito cultural ha dado buenos frutos.

La investigadora y gestora cultural bogotana fue elegida entre 36 propuestas postuladas y es la segunda mujer en ganar este premio, otorgado esta semana por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) para exaltar la labor de creadores y gestores culturales de la ciudad.

Este reconocimiento también es por la trayectoria de 50 años de trabajo por la cultura del país, siendo ella pieza fundamental en la creación del emblemático festival capitalino Rock al Parque, que ya cumple 26 años. Además, creó la primera orquesta de salsa de mujeres: Caña Brava, en la década de los 70. El grupo femenino conformado por 25 mujeres recorrió el mundo, llevando su talento por más de 10 países. Han sido un total de 70 mujeres las que han pasado por la orquesta.

Vivió en primera persona las revoluciones del siglo XX. Conoció el mundo sin rockanrol o minifaldas. Vivió en Nueva York y vio la desigualdad, la discriminación y el racismo. Disparó flores y creyó fervientemente en la creación de un mundo mejor basado en las ideas y el respeto.

“Estoy inmensamente agradecida, esto significa que el trabajo realizado durante más de 50 años ha tenido resultado positivo, ha tenido aceptación. Solo el hecho de reconocer la labor de más de cinco décadas me da una tranquilidad inmensa, porque se ve que se pudo dar soluciones a ciertas problemáticas. Es muy gratificante poder ayudar a los demás y eso ahora lo veo reflejado en el reconocimiento”, le dijo Bertha a EL NUEVO SIGLO.

Investigadora

Esta antropóloga de la Universidad Nacional siempre tuvo claro que lo suyo era servir a los demás, aportar al crecimiento desde el arte y las buenas ideas.

Es investigadora en áreas como ciencias sociales, educación, género, arte, cultura, reordenamiento urbano, desarrollo rural, grupos étnicos y poblaciones diversas en condiciones de vulnerabilidad.

“Entiendo que los seres humanos en cualquier cultura requieran para vivir el sentir y recibir sentimientos de afecto, de cuidado, de consideración, de respeto, pero hay un sentimiento especial que puede ser la base del equilibrio emocional de cualquier ser, y es el reconocimiento como ser, como persona, como pensamiento, como sentimiento, como obra”, dice.

Asimismo, se especializó en Gestión Cultural en el Instituto para América Latina de París; fue relatora del grupo de Cultura en la Constituyente de 1991; subdirectora de Fomento y Desarrollo Cultural del Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT); cocreadora de los eventos y festivales al Parque y, como si fuera poco, percusionista, cofundadora de las orquestas femeninas de salsa Yemayá, Siguaraya y Caña Brava.

“Recibir el premio Vida y Obra por parte de la SCRD en el 2023, a mis 76 años, me llena de una inmensa alegría, de una gran emoción y un agradecimiento infinito. Principalmente me produce un sentimiento de tranquilidad y de orgullo, especialmente por el trabajo de equipo con personas maravillosas a quien también les debo este premio”, afirma Bertha.

Ella se describe como libertaria, feminista y artista, madre de tres artistas y abuela de dos en formación: “Atesoro la satisfacción de haber participado activamente en todos los procesos de vida por los cuales transité, desde la formación hasta la acción, alegre y orgullosa al saber que muchos de ellos han aportado en algún grado a la construcción de ciudad, de país y de ciudadanías”.



Amor por el arte

Su interés por la cultura nació desde que era una niña y ha tenido la oportunidad de recorrer Colombia tratando de conocer y dar soluciones a los problemas que se han presentado en el ámbito cultural. “Uno no hace el trabajo esperando que sea reconocido, sino dar una solución, que la problemática se resuelva”.

Considera que Bogotá es una ciudad que resume al país entero, no solamente por el hecho de tener la más alta migración de todos los territorios, sino por la “gran cantidad de artistas que están expresando la realidad en la capital, donde se ha podido abrir un espacio para las prácticas artísticas y un reconocimiento a los gestores que antes no lo tenían”.

Bertha actualmente se dedica a la investigación de las mujeres en la música popular, conocer sus condiciones, qué problemáticas han tenido.

“Pienso publicar un libro. Lo más importante es haber adquirido una metodología de trabajo que me permitió identificar y conocer el país, entender las problemáticas y poder hacer propuestas para darle solución, por ejemplo, las políticas artísticas para la creación de los festivales al parque que fueron las políticas que realmente han identificado y se han proyectado al mundo. Y, por otra parte, haberme movido para reivindicar la posición de la música popular, haber apostado a la creación la orquesta femenina, de haber abierto un camino a las mujeres para participar con el oficio de la música popular”, expresa la gestora cultural.

Es una mujer capaz de combinar su pasión por la música con su conocimiento por el ser humano, la sociedad y la cultura.

Proviene de una familia amante de las artes, de la música, de los sonidos, condición que le dio la oportunidad de conocer de cerca los instrumentos musicales. Sin embargo, con la llegada de la salsa, en la década de los 70, Bertha se dejó seducir por este ritmo. De ahí nació la idea de impulsar a las mujeres en el género.

“He podido darme cuenta del papel que tenía el arte en las diferentes comunidades como elementos cohesionadores y educadores en la sociedad. Entonces buscamos cómo reconocer el valor del arte en la construcción de país, en la construcción de ciudadanía y empezamos a identificar todo ese a trabajar desde diferentes sectores”, destacó la investigadora.