Ya nadie le teme a nada y tal vez es así porque por más escandaloso, maligno, dañino, perverso, corrupto y grave que sea cualquier hecho pues no pasa nada…
Ni hablar de tratar de llevar una vida con principios católicos por temor a Dios y convicción. Eso ya no se puede ni mencionar…En eso, nos convertimos en las verdaderas minorías de la sociedad, discriminados y juzgados por godos, aburridos, mojigatos, retrógrados y demás adjetivos descalificativos que he escuchado decir.
En estos tiempos progresistas, de empoderamiento, egocentrismo, muy diversos y en el que cada individuo humano resultó siendo un dios para sí mismo, para las empresas y para las redes sociales, el que se cree un gato debe ser tratado y respetado como un gato (como un caso en Canadá). Y el que se cree un unicornio es un unicornio y debe ser tratado como tal y el que se cree hombre y es una mujer -anatómica y naturalmente- debe ser tratada como el hombre imaginario que cree es y el que es un hombre -anatómica y naturalmente- pero cree que es mujer, debe ser tratado como una mujer.
Es una especie de alucinación colectiva lo que estamos viviendo. La desnaturalización de todo lo que es por naturaleza. ¿Hipocresía total o marketing? ¿O alguno que ve una mujer que dice ser un hombre de verdad la deja de ver como la mujer que siempre será para la naturaleza? ¿De qué se trata? ¿Darnos la razón entre todos por empatía, moda o estar alineado con estos tiempos?
Ni hablar de los planes de extinción de la familia como núcleo fundamental de la sociedad vitales para la agenda 2030. No convienen papás ni mamás ni hijos ni hombres ni mujeres. Ya se estudia en EE.UU. la posibilidad legal de eliminar el nombre padre y madre y que sea el Estado el que ejerza la propiedad de los hijos. Esto con el propósito de usar su ingenuidad y llenarlos de basura de ideología de género y demás trabajos malignos que sí que existen por el mundo.
Si hubiera algo de temor por algo volveríamos más hacia lo natural y menos hacia los esnobismos ideológicos y no estaríamos en este camino hacia la nada.
Pero no hay temor por nada. Por eso Petro lleva 81 incumplimientos de agenda en un año. Le vale cinco centavos porque no le teme a nada…
Por eso matan y no pasa nada. Se viola la ley y saben que no pasa nada. Por eso la sociedad es corrupta. Por eso nombran de ministro de minas a un súbdito de Chávez, un cabeza rapada de los asesinos de las Farc… No les importan las víctimas ni nada…
Alguna vez le pregunté a un taxista en Quito si era peligroso salir y me dijo que no porque los ecuatorianos eran un pueblo que le temía a Dios y por esa razón era seguro. Me dejó sin palabras…
Tal vez Colombia necesita más Dios y menos dioses e ideologías fatales…
juanfelipereyes@hotmail.com
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