SI BIEN es cierto que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela se ha aferrado al poder acudiendo a mecanismos alejados de la democracia y atropellando a la oposición por múltiples flancos políticos, jurídicos, económicos, institucionales e incluso violentos, no se puede negar que las divisiones en el bloque contradictor han contribuido a que el chavismo se mantenga en el Palacio de Miraflores.
De cara a los comicios presidenciales del año próximo, cuya realización todavía se encuentra en veremos, ya que el régimen no ha dado las garantías para realizar una campaña transparente, pese a la intensa presión internacional, la oposición parece entender que si incurre de nuevo en el divisionismo se le estará dando una ventaja muy peligrosa a Maduro y compañía.
De allí la importancia de lo ocurrido el viernes pasado en Caracas. Los precandidatos para los comicios primarios en que se escogerá al aspirante único para enfrentar a Maduro en las elecciones de 2024 firmaron una carta de "principios" en torno a un simbólico programa de gobierno común. Se trata de un acto celebrado que los propios aspirantes calificaron como "señal de unidad".
Los trece dirigentes inscritos para la votación interna de la oposición, prevista para el 22 de octubre, se comprometieron en un documento a respetar la "alternabilidad" del poder y eliminar la reelección presidencial, atender la "emergencia humanitaria" derivada de años de crisis y liberar a los "presos políticos", entre otros puntos.
No hay que olvidar que la reelección indefinida fue incluida en Venezuela por el fallecido Hugo Chávez, entre fuertes críticas de la oposición, que lo acusó de intentar "eternizarse" en el poder.
El documento firmado el viernes plantea entre sus principales lineamientos la necesidad de "un plan nacional" frente a la "crisis humanitaria", enfocado en alimentación, salud y educación; así como la "reasunción" del rol de este país como "proveedor de energía seguro" tras el colapso de su industria petrolera.
Destaca por otra parte, en materia política, un "compromiso con la alternabilidad y el principio de no reelección presidencial".
"El acto de este viernes quiere subrayar que, en medio de los naturales disensos, hay una ruta compartida que desemboca en una candidatura unitaria para las elecciones presidenciales de 2024", expresó el presidente de la comisión que organiza la primaria, Jesús María Casal.
Nueve de los precandidatos, entre ellos María Corina Machado –exdiputada que lidera las encuestas– y el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, asistieron al acto en una sala de teatro en Caracas para firmar de manera presencial el documento. Los otros cuatro lo avalaron vía video.
Las elecciones presidenciales, en las que Maduro buscará un nuevo período de seis años, están previstas para 2024. No tienen aún, sin embargo, fecha fijada.
"Un mensaje fundamental: el resultado del 2024 se concreta en 2023. Eso es lo que representa el 22 de octubre", dijo a la prensa Machado. "Hay más cohesión que nunca, más decisión de avanzar", agregó.
Capriles también aplaudió el acuerdo entre precandidatos: "Me parece una buena señal de unidad. Nosotros hemos planteado que nadie puede solo, que aquí hay que construir un movimiento que aglutine a todos (...), sin prejuicios. Es la única manera de que nosotros podamos tener éxito en 2024".
A su turno, la semana pasada el hasta pocos meses considerado como presidente legítimo de Venezuela, hoy exiliado en Estados Unidos, Juan Guaidó, había recalcado que “la primaria es para movilizar, es para unificar y estar organizados frente al régimen. La comisión de primaria necesita apoyo de todos los venezolanos. Agradecido como venezolano con este esfuerzo de la comisión de primarias para que millones se expresen y ejerzan sus derechos”.
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Proceso complejo
La primaria opositora enfrenta serias amenazas, con la inhabilitación de dirigentes como Machado y Capriles y una impugnación ante la justicia que busca bloquear esa votación.
El proceso, además, tiene retos logísticos y financieros, luego de que los organizadores prescindieran del apoyo técnico de las autoridades electorales. La organización ha planteado mecanismos como "rifas" para recaudar recursos.
Aun así, la logística de la primaria ha tenido "avances sustanciales" en medio de desafíos políticos y judiciales.
"Seguimos adelante en la organización de la primaria. En este momento estamos concentrando todos los esfuerzos en la definición de los centros de votación (...), ha habido avances sustanciales", dijo Casal días atrás.
Su declaración se produjo tras la renuncia de una de las integrantes de la comisión, la vicepresidenta María Carolina Uzcátegui, quien alegó en una carta que "no están dadas las condiciones técnicas y logísticas" para que el proceso "sea una consulta amplia" que cubra todo este país de 30 millones de habitantes.
La dimisión de Uzcátegui puso bajo la mira la logística para la primaria, un proceso que a la vez es amenazado por enormes retos políticos y judiciales, con la inhabilitación de los principales aspirantes –como Machado y Capriles– y una impugnación ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que busca bloquearlo.
"Vamos a tener un número de centros que estará dentro de la banda que nos habíamos fijado y que habíamos compartido con los distintos actores políticos (...), como mínimo 2.500 y como máximo 3.500", expresó Casal.
Los organizadores descartaron en junio pasado el apoyo técnico del Consejo Nacional Electoral (CNE), luego de que las autoridades de ese ente renunciaran en bloque, lo que dirigentes opositores denunciaron como una maniobra para obstaculizar el camino a la primaria.
En las elecciones de gobernadores y alcaldes de 2021, el CNE instaló 14.262 centros electorales para 21 millones de votantes convocados.
La logística va más allá de "la cantidad de centros", comenta el periodista y experto electoral Eugenio Martínez. "No depende solamente de la cantidad, sino de su ubicación, que la primaria trascienda de los bastiones opositores tradicionales" y el voto no se limite a "núcleos urbanos muy específicos".
En las primarias opositoras de 2012, en las que se eligió un candidato para enfrentar a Chávez y participaron más de 3 millones de votantes (16,7 % del padrón electoral en aquel entonces), fueron habilitados 3.707 centros.
Dirigentes políticos expresaron su respaldo a la organización tras la renuncia de Uzcátegui.
"Nuestro acompañamiento y respaldo a quienes valientemente siguen defendiendo el avance de las primarias", publicó en Twitter, renombrado X, el partido político de Machado, Vente Venezuela. Capriles, por su parte, llamó a "atender" las preocupaciones expresadas por la ex vicepresidenta para "poder avanzar".
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