ATANDO CABOS
Economías centroamericanas: el impacto del turismo

Foto: Cortesía

Como parte de un reporte divulgado recientemente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se estudia el impacto del turismo en la subregión centroamericana.  De conformidad con los datos más actualizados, la citada institución ha elaborado un índice de dependencia del turismo en relación con el total de producción -esto es respecto al producto interno bruto (PIB)- de cada uno de los países. 

Además del impacto del turismo en el PIB, este indicador también toma en cuenta la repercusión de este sector en la generación de empleo y su relación con el total de exportación de un país.  

Exponer la metodología de manera integral de este indicador rebasa los alcances de esta nota, no obstante, el sentido que se desea subrayar aquí es una apreciación del turismo en un contexto comparativo más integral que la relación directa con el total de producción. 

El índice va de 0 a 100, siendo esta última cifra la correspondiente a un impacto o dependencia total del turismo en la economía del país que se esté estudiando.

Tal y como era de esperarse, Belice muestra una mayor dependencia económica del turismo, con un índice de 42, le sigue Panamá (20); Costa Rica (18); Nicaragua (15); Honduras y El Salvador, cada uno con 13; cerrando el grupo Guatemala con la dependencia más baja: 9.

Este rasgo de las economías es muy importante dado que hace referencia a un sector que tiene un efecto multiplicador muy importante o estratégico, en la generación de oportunidades laborales, productivas, para amplios sectores de la población.  

En efecto, el turismo, junto a la construcción, agricultura, industria, infraestructura rural e infraestructura urbana, tiene la gran potencialidad de generar ocupación incluyendo grupos poblacionales que no necesariamente poseen notable grado de calificación.

Es de hacer notar que el empleo junto a transferencias de gobierno, institucionalidad del seguro social y de protección social, son correas de transmisión entre el crecimiento económico y la generación de desarrollo económico y social para un país.



En la industria del turismo gana una gran variedad de personal. Desde el administrativo, de servicio de oficinas, de relaciones públicas, personal de mantenimiento, hasta los agricultores e intermediarios de alimentos, de producción vegetal y animal.

El turismo por otra parte permite también una utilización que puede ser sostenible de los ecosistemas. De allí la importancia de reservas naturales, hábitats en condiciones no alteradas por el humano en las cuales podemos ver la naturaleza en condiciones primigenias.  Este, en concreto, ha sido el caso de Costa Rica, quien se destaca en la región latinoamericana tanto en los servicios directos como en los de promoción de su red de parques nacionales.

República Dominicana con su índice de 24 respecto al impacto de turismo aún sin pertenecer estrictamente a Centroamérica- constituye también un importante caso de estudio. Es famoso el “cluster” o agrupación de empresas en playas emblemáticas como Punta Cana. Esto pone de manifiesto además que para la promoción de un turismo de ocio o estancias prolongadas más allá del turismo “mochilero”- se requiere de dotación de empresas competitivas formando un grupo complementario de bienes y servicios.

Estos grupos complementarios alrededor de una atracción turística deben establecer su “branding” en cuanto a la excelencia de servicios y provisión oportuna de bienes. Uno de los casos más estudiados y que se han expuesto como ilustración de este punto es el del Valle de Bravo, en México; con el gran atractivo de que a sus bosques llega –tratándose de resguardar de los crudos inviernos del norte- la mariposa monarca.

Además de empresas complementarias que atraen turismo, se requieren de bienes públicos en muy buen estado, tal el caso de carreteras y vías de acceso en general -muy relacionado esto también con la práctica de senderismo-  De allí que la cooperación efectiva entre lo público y lo privado pueda ser un elemento vital para asegurar el éxito del turismo.

Por supuesto que otro de los aspectos clave en todo esto es el desarrollo de una marca país, de un conjunto de reconocimientos de una nación específica, como mínimo en función de la seguridad. El turismo estará ausente cuando se tiene en el imaginario colectivo, especialmente internacional, una percepción de violencia en un país.  

En esto último, en medio de toda la controversia y polémica que suscita, El Salvador está tratando de hacer emerger una importante industria turística aprovechando lugares específicos de la costa del Pacífico: por ejemplo, Esteros de Jiquilisco, playa de Conchalio, lugares aledaños al Puerto La Libertad, Golfo de Fonseca. 

El turismo -como se ha demostrado en varios países de economías emergentes- puede permitir una importante fuente de divisas a la vez que se aprovechan sosteniblemente sistemas y recursos, especialmente de naturaleza renovable.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor, Facultad de Administración de la Universidad del Rosario.

(El contenido de este artículo es de entera responsabilidad del autor por lo que no compromete a entidad o institución alguna.)