Velasco, un ministro en el ojo del huracán

Ministerio del Interior

UN MOMENTO difícil vive el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, porque los gobernadores pidieron su renuncia después de que, en un debate en el Senado sobre la seguridad, dijo que no es prudente que algunos de ellos quieran convertir esto en un tema electoral. Más allá de esta coyuntura, la gestión del titular de la cartera política acumula, para muchos, puntos grises en varios frentes.

“No me parece prudente que los gobernadores en periodo electoral, algunos de ellos con candidato propio, quieran convertir ese tema (seguridad), pues en un tema nacional, en un tema electoral. Los gobernadores nunca, los gobernadores no hacen política", dijo el ministro tras suspenderse el pasado miércoles el debate en Senado por la difícil situación de seguridad en el país.

Agregó en esa oportunidad que “¡ah!, es que no hay ningún gobernador que no tenga su corazoncito y no tenga su candidato. Hombre, dejemos de ser ‘hipócrita’ y hablemos las cosas claramente. En este país, quienes estamos en la actividad política, tenemos nuestro corazoncito y cada uno de nosotros empujará para algún lado”.

Velasco aclaró ayer en Blu Radio que “ese término (hipócrita), que a lo mejor fue desafortunado y no tengo inconveniente en retirarlo, no se dirigía hacia los gobernadores”. Agregó que el momento de la seguridad "no es un debate hipócrita, es un debate de fondo y precisamente en el marco de ese debate de fondo, pido que la seguridad a cambio de ser usada electoralmente, sea un elemento que una a todos quienes tenemos responsabilidades en estos temas para enfrentar la inseguridad que padecen nuestros ciudadanos en algunos lugares del país”.

Coalición fracturada

En abril pasado, la coalición de gobierno se fracturó por la salida del Partido Conservador y de la U, debido a la reacción del Presidente porque no apoyaron la reforma a la salud, debido a que la consideran inconveniente.

Entonces el mandatario produjo un segundo ajuste en el gabinete con la salida de siete ministros, entre ellos Alfonso Prada en la cartera del Interior, a donde llegó Velasco, quien se desempeñaba como Consejero Presidencial para las Regiones y director encargado de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).

El objetivo del Gobierno de llevar a Velasco a la cartera del Interior era, primero, evitar que se fueran de la coalición los conservadores, los liberales y la U, pues significaba perder las mayorías en el Congreso y, con ello, dejar con respiración artificial las reformas de salud, pensional y laboral, así como otros proyectos claves para la Casa de Nariño.

Sin embargo, el ministro no pudo evitar la salida de los conservadores y de la U, colectividades que pocos días después de que fuera designado en el cargo se declararon independientes del Gobierno.

En el otro frente, el Partido Liberal si bien se mantiene en el oficialismo, está dividido, porque al menos la mitad de la bancada quiere que la colectividad marche a la independencia.

Por lo tanto, el ministro del Interior tampoco ha podido avanzar en un diálogo institucional por la distancia que mantiene con el jefe de esa colectividad, el expresidente César Gaviria, desde cuando Velasco era senador liberal.

Ha preferido el ministro una comunicación directa con los parlamentarios liberales, sin embargo, no tendría nada concreto frente a sumar apoyos a las reformas, como lo mostraría que el proyecto de salud no se ha agendado por falta de consenso en plenaria de Cámara, que genere posibilidad de ser aprobado.



Reformas encasquilladas

Tres semanas después de instalada la segunda legislatura, no se ha iniciado la discusión de las grandes reformas que propone el Gobierno. Salud no ha sido agendada en la plenaria de la Cámara, a pesar de que cuenta con ponencias positiva y de archivo desde junio pasado. En tanto que la pensional está pendiente de ponencia para segundo debate en la plenaria de Senado.

En el caso de salud el presidente de la Cámara, Andrés Calle, cercano al Gobierno, no habría agendado el proyecto debido a que la iniciativa todavía no contaría con los votos necesarios para su aprobación o, al menos, que pasen aspectos fundamentales para la Casa de Nariño como la eliminación de las EPS.

Por ello, las miradas se dirigen sobre el ministro del Interior, pues una de sus funciones principales es que avance en el Congreso el paquete de proyectos del Gobierno.

A esto hay que sumarle que al final de la pasada legislatura, Velasco no pudo evitar el hundimiento de la reforma laboral en la Comisión Séptima de la Cámara, a la que no se le dio debate por la polémica que generó su articulado.

Mientras que en la Comisión Primera se hundieron por falta de trámite el proyecto de humanización carcelaria y el de sometimiento a la justicia por parte de los grupos armados, y que es clave para las conversaciones que busca el Gobierno con organizaciones como el ‘Clan del Golfo’.

Mesas directivas del Congreso

La elección de mesas directivas en la segunda legislatura significó un fuerte golpe para el Gobierno, que se jugó con Angélica Lozano para la presidencia del Senado a nombre de la coalición Alianza Verde-Centro Esperanza, colectividad que hace parte del oficialismo.

Sin embargo, contra todo pronóstico, el senador Iván Name, quien se postuló contrariando la decisión de Alianza Verde-Centro Esperanza de presentar a Lozano, fue elegido con los votos de la oposición y de los independientes, con lo que me enviaron un mensaje al Gobierno de que ya no tiene las mayorías.

Una situación parecida sucedió en la Comisión Primera del Senado, donde la presidencia le correspondía en esta legislatura al Pacto Histórico, partido de gobierno, según los acuerdos de las distintas bancadas al principio de este Congreso, que postuló a Alexander López. Sin embargo, la oposición e independientes se unieron y, contrariando los acuerdos, eligieron al conservador Germán Blanco.

En estas dos situaciones fueron insuficientes los esfuerzos del ministro del Interior para poner en esos cargos a parlamentarios cercanos al Ejecutivo, que le podrían ayudar mejor en el propósito de sacar adelante las reformas.

Tensión con gobernadores

Es grave el enfrentamiento que se ha dado entre el ministro del Interior y los gobernadores a raíz de los permanente reclamos que ellos hacen al Gobierno por la crítica situación de seguridad en algunas regiones por la presencia de los grupos armados, más teniendo en cuenta en este momento la amenaza que significan estos actores delincuenciales para las elecciones territoriales de octubre.

Desde hace varios meses, los gobernadores han manifestado su preocupación por la seguridad de las elecciones, incluso han dicho que podrían estar en riesgo. El ministro Velasco ha estado atento a escuchar estas inquietudes, pues una de sus funciones es trabajar en la integración de la Nación con las entidades territoriales y en seguridad y convivencia ciudadana.

“Nuestro deber es darle garantías a todos los ciudadanos que están en el ejercicio democrático ahora que se acercan unas elecciones regionales. Con la Fuerza Pública, con la Policía, con la Unidad Nacional de Protección, todos los agentes del Estado, tenemos que brindarle seguridad en general a todos los colombianos, pero en particular a quien hace oposición”, señaló Velasco hace algunos días.

No obstante, sus declaraciones diciendo que algunos gobernadores estarían utilizando la seguridad como un tema electoral, parece haber dinamitado su relación con todos los mandatarios regionales, que rechazaron en bloque este señalamiento y plantearon su salida del cargo al presidente Petro.

La situación obligaría a Velasco a buscar distensionar la relación con los gobernadores a través de un diálogo directo con su representante Roberto Jaramillo, gobernador del Quindío y presidente de la Federación de Departamentos, aclarando no solo las posturas que él como ministro ha adoptado en este tema, sino comprometiéndose a nombre del Gobierno con las medidas para mejorar la seguridad y blindar las elecciones.

No llegan proyectos

El Congreso lleva casi un mes de la segunda legislatura sin trabajar en la agenda legislativa, entre otras razones porque el Gobierno no ha hecho llegar los proyectos que prometió.

Se está a la espera de las iniciativas de humanización carcelaria y de sometimiento a la justicia, en las que la Casa de Nariño dijo que insistiría en el segundo semestre de este año, tras hundirse en la pasada legislatura. Tampoco han llegado la reforma a la ley de educación superior, al Código Minero, la reforma a la ley de servicios públicos, la reforma laboral, así como a la ley de víctimas.

Sin embargo, el ministro Velasco no se ha referido en los últimos días sobre qué pasa con estos proyectos y por qué nada que llegan al Congreso.