Llama la atención que de los 132.553 candidatos inscritos para las elecciones de octubre próximo, 5.861 tienen de 65 años en adelante, es decir, el 4 %. Una muestra de que para muchos colombianos la avanzada edad no es impedimento para ser protagonista en la política y poder servir a sus conciudadanos y al país desde un cargo de elección popular.
Es posible que pocos de ellos logren ser elegidos, pues tendrán que competir con rivales que por su edad podrían ser sus hijos y en algunos casos incluso sus nietos. Hay que tener en cuenta que hacer campaña es un ejercicio físico exigente, pero los años no llegan solos y en el caso de las listas, en muchos casos no los ubicaron en los mejores lugares. Y también, hay que decirlo, porque al adulto mayor en el país muchos lo ven disfrutando de su descanso y no como un protagonista en el trabajo, la política y demás campos.
Sin embargo, poco de ello cuenta para estos candidatos que con entusiasmo y con el apoyo de sus familias y amigos que los aprecian y saben de su valor, hacen campaña en la medida de sus posibilidades y están listos para participar en los comicios del próximo 29 de octubre.
EL NUEVO SIGLO conoció a tres personas de ese grupo de colombianos adultos mayores que se inscribieron para aspirar en las elecciones a diferentes cargos.
“Yo no aspiraba”
Ana Isabel González Caballero está aspirando a la JAL (Junta Administradora Local) de Barrios Unidos, en Bogotá, por el partido Conservador. Está próxima a cumplir 79 años.
Es la segunda vez que aspira al cargo, pues se presentó en los comicios del 2019; sin embargo cuenta que “la primera vez me llamaron y me felicitaron porque pasé, pero mis votos corrieron para otro partido”, explicó.
Agregó la señora González que “me dijeron que debía volver a demandar y le dije lo que no es para uno, y no me voy a mover. Y no hice nada”.
La candidata contó que “no soy pensionada, sí estoy luchando por la pensión, pero no me ha salido, mi esposo falleció hace dos años”.
Agregó la señora González que “trabajo con hospitales y con pacientes. Trabajo en salud con la Red Norte Chapinero, con la Asociación de Residentes”. Subrayó que muchas personas la conocen por la labor que realiza, y que ellas la animaron para aspirar a edilesa de Barrios Unidos.
“Yo no aspiraba, la gente fue la que estuvo hablando que me merecía trabajar porque harto me fregaba, y de mi bolsillo saco de donde no tengo para llevar la gente en carro o en ambulancia porque la policía me ayuda mucho a llevar a los pacientes a donde tengo que ir a medianoche”, dijo.
La señora González se fija como meta, si es elegida a esta JAL, “seguir ayudando a la gente en salud y en lo que necesitan”. Agregó que también le preocupa la inseguridad que hay en la localidad de Barrios Unidos.
“La gente lo llama a uno”
Ovidio Ibarra Peñaranda aspira al Concejo del municipio de Sardinata, en Norte de Santander, por el partido Liberal. Tiene 90 años.
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Es la segunda ocasión que intenta llegar al Concejo de su municipio, pues en los comicios de hace cuatro años hizo parte de la lista del Partido ADA, la cual obtuvo 128 votos, mientras que don Ovidio consiguió 15 votos.
Ese resultado no lo desanima, pues señala que quiere ser elegido al Concejo de Sardinata porque “este pueblo está completamente acabado por las malas administraciones, no hay salud, no hay mejoramiento de vivienda, los campos están todos por el suelo”.
Agregó que en medio de esta situación “la gente lo llama a uno: ‘Ay, don Ovidio, mire que esto está mal, es que los candidatos que pasaron no han hecho nada’”.
Dijo también que “estoy pendiente de eso, de que se hagan las obras, que las obras no las dejen en la impunidad, las empiezan y no las terminan. En eso es que nosotros estamos mirando a ver cómo se arreglan las cosas, que empiecen una obra y que la terminen”.
El señor Ibarra Peñaranda cuenta con orgullo que “trabajé 35 años en el municipio”, pero cambia su expresión al decir que “bregué a ver si me daban una pensión y no pude. Le ponen allá mucho problema a uno”.
Y comenta que “ahorita estoy aquí en la casa porque como estuve enfermo de la próstata y me operaron, y he estado enfermo de los ojos, tengo un niño especial, tengo la señora enferma, pero ahí vamos haciéndole pa'lante a ver cómo se arreglan las cosas y los candidatos a la Alcaldía que digan a ver qué es lo que van a hacer por el pueblo”.
Sobre su campaña al Concejo de Sardinata, el lugareño dijo que “vamos avanzando bastante, ya llevo bastantes votos que me van a ayudar. Voy por ahí con unos 95”.
Voz de los mayores
Conchita Fernanda Ramírez Arias aspira al Concejo de Bogotá por el partido Nuevo Liberalismo. Tiene más de 70 años.
Dijo que es la primera vez que se presenta a un cargo de elección popular: “fui hasta febrero de este año la coordinadora general del Consejo Distrital de Sabios de Bogotá y ahí hace tres semanas más o menos el partido (Nuevo Liberalismo) me ofrece la posibilidad de ir al Concejo".
Añadió la señora Ramírez que si llega al Concejo Distrital, "necesariamente mi labor está enfocada a darle voz a la persona mayor en Bogotá, y si es posible en el país. Nosotros fuimos los gestores de la Ley 2055, que es la Convención Interamericana de los Derechos Humanos de las personas mayores”.
Agregó la candidata que “hemos tenido durante estos seis años de trabajo una muy fuerte interlocución con la Alcaldía Distrital, en todos sus estamentos, y hemos logrado una bonita articulación en función de la política pública del emprendimiento”.
Señaló que el principal problema que tienen las personas mayores en la capital de la República es “de la autonomía que depende de una condición económica. En Bogotá somos 1'200.000 personas mayores, de las cuales solamente 300.000 tienen una pensión. Habría que pensar en las 900.000 restantes cómo están”
Enfatizó que quiere que su labor si llega al Concejo se enfoque en este tema, "ser la voz de la persona mayor, pero una voz que conoce las pretensiones de la persona mayor, porque ha sido mi trabajo en los últimos 10 o 12 años”.
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