*Siguen aumentando accidentes y víctimas
*Cero tolerancia a las conductas de riesgo
La accidentalidad vial en Colombia sigue en ascenso. Este fin de semana, por ejemplo, el choque de una volqueta con un autobús en inmediaciones de Villa de Leyva, en Boyacá, dejó un saldo de tres personas muertas, entre ellas dos menores de edad.
Lamentablemente los siniestros en las carreteras han venido en aumento. De hecho, la Agencia Nacional de Seguridad Vial indicaba días atrás que entre enero y junio de 2023 más de 4.029 personas fallecieron por esta causa, lo que representa un aumento del 6,5% frente a igual periodo de 2022. A su turno, el reporte periódico del Ministerio de Defensa advierte que en los primeros siete meses de este año esa cifra fatal en las vías asciende a 4.135 personas y más de 28 mil heridas.
El balance, como se ve, es negativo. Si bien las autoridades del orden nacional, regional y local han intensificado sus operativos, programas y campañas para lograr que los distintos actores viales respeten las normas de tránsito y no arriesguen sus vidas ni las de los demás, las cifras evidencian que todavía queda un largo camino para lograr ese objetivo.
De hecho, los estudios de la citada agencia señalan que las ciudades en que más se incrementó el número de fallecidos en el primer semestre fueron Bogotá, Cali, Sincelejo, Santa Marta, Yopal, Neiva, Villavicencio, Medellín, Montería y Pereira. También se tienen mapas de caracterización de la accidentalidad que permiten establecer cuáles son las zonas en donde más tragedias se presentan, qué actor vial es el más perjudicado, las edades de las víctimas, los días y horas de mayor frecuencia de siniestros e incluso una clasificación de las causas más probables de los percances en las carreteras.
Por ejemplo, es sabido que los motociclistas son los más involucrados en accidentes y, a la par, los actores viales que más muertos y heridos, entre conductores y pasajeros, reportan. De igual manera, se tiene identificado que el exceso de velocidad es el principal causante de los accidentes.
A lo anterior se suma que hay una serie de circunstancias agravantes que no se han podido corregir de forma sustancial pese a las medidas de las autoridades y el agravamiento de las sanciones. Tal es el caso de los altos índices de evasión en el pago de la póliza de Seguro Obligatorio de Atención a Terceros (SOAT), pese incluso a que para este año el Gobierno aplicó un alivio económico en el costo de la misma, sobre todo para los motociclistas. Igual ocurre con el requisito de la revisión técnico-mecánica que deben hacer anualmente la mayoría de los vehículos para ser autorizados a transitar. Es impactante la gran cantidad de automotores que no tienen al día esta inspección. Como si fuera poco, pese a que en junio pasado venció el último plazo para que varios millones de conductores renovaran su respectiva licencia, un porcentaje considerable no lo hizo…
Visto todo lo anterior, queda claro que el principal problema en materia de cumplimiento de las normas de tránsito no radica en la necesidad de reformas o hacer más drásticas las sanciones a los infractores. En realidad, lo que se requiere es que conductores de vehículos, motos, bicicletas, así como pasajeros y peatones, se concienticen de que cada vez que alguien se salta las normas, está poniendo en peligro su vida y la de los demás.
Es imperativo poner especial atención a quienes se movilizan en motos. El año pasado, por ejemplo, fallecieron 4.194 conductores y pasajeros de esta clase de vehículos, en tanto que en el primer semestre de 2023 el número de víctimas (2.502) ya aumentó un 13% con respecto al mismo periodo de 2022. Está claro, igualmente, que son el actor vial que más evade el pago del SOAT y la revisión técnico-mecánica.
¿Qué más hacer para frenar el aumento de la siniestralidad? Como se dijo, las autoridades han incrementado programas, retenes, equipos tecnológicos y campañas ciudadanas. Las sanciones a quienes se comportan con irresponsabilidad y temeridad en las vías ya son de por sí altas. Igual se han extremado los controles y exigencias a la hora de tramitar licencias de conducción o renovarlas. También se apretó a los centros de diagnóstico automotor… Todo ello debe mantenerse y reforzarse. Sin embargo, el foco principal debe ser la concientización de conductores, ciclistas, pasajeros y peatones: cero tolerancia a comportamientos de riesgo y denuncia inmediata a los infractores.
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