Una característica muy propia del mercado petrolero es la volatilidad de los precios del crudo. Pero en los últimos tres años las oscilaciones de los precios han sido muy bruscas y por momentos repentinos e inesperados. Después de su clímax en junio de 2014, cuando los precios de referencia WTI y Brent alcanzaron la cotización de los US $107.9 y US $115.2 el barril, respectivamente, se dio la descolgada hasta cerrar ese año con precios de US $53.27 y US $56.82 el barril, en su orden.
Así como los fundamentales del mercado fueron determinantes para mantener un largo ciclo de precios altos, cuando se revierten provocan la destorcida. Los precios se mantuvieron con tendencia a la baja durante el año 2015 hasta converger en el mes de diciembre en los US $36.90 el barril de crudo de la referencia WTI y US $37.11 el de la referencia Brent. Los precios del petróleo no levantaron cabeza el año anterior y acumularon desde mediados de 2014 un desplome cercano al 70%.
El exceso de oferta, aupado por la revolución de los esquistos en los EE.UU., y el debilitamiento de la demanda, atribuible en gran medida a la desaceleración del crecimiento de la economía china, junto con el fortalecimiento de la divisa americana, contribuyeron en gran medida a esta caída sostenida de los precios del crudo en los mercados internacionales. Como ya lo habíamos advertido, los precios del crudo arrancaron el año 2016 sin encontrar su piso y siguieron en picada, llegándose a cotizar a mediados de enero a US $25. Es más, se llegó a temer en un momento dado que los precios podían llegar a caer por debajo de la barrera de los US $20 el barril.
Los 13 países que hacen parte de la OPEP y varios de los más importantes productores que están por fuera de este cartel entraron en pánico. En febrero Arabia Saudita, Rusia, Venezuela y Qatar llegaron a un principio de acuerdo para congelar la oferta de crudo y así tratar de detener la caída de los precios. Con el sólo anuncio los precios reaccionaron al alza, alcanzando cotizaciones que rondaron los US$40 el barril en el mes de abril. No obstante, este acuerdo no se pudo concretar en la Cumbre de Doha por la rivalidad entre Irán y Arabia Saudita.
No obstante, varios factores sobrevinientes han contribuido a atajar la recaída de los precios del crudo, destacándose entre ellos los conflictos que han afectado la producción en Libia y Nigeria, la baja de la producción estadounidense provenientes de los yacimientos no convencionales desestimulada por los bajos precios e incendios en campos petroleros en Canadá, amén del debilitamiento de la cotización del dólar, moneda en la que se transa el petróleo. Lástima que Colombia no pueda aprovechar esta coyuntura porque aunque sube el precio está cayendo su producción de crudo.
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*Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos
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