Para que haya plebiscito en Colombia es indispensable la firma del acuerdo de paz, que su contenido se conozca, que el Congreso de la República autorice su celebración y que sea clara la pregunta de refrendación a los ciudadanos.
Las Farc expresan que hay asuntos por definir, piden ley de amnistía anticipada, “sin ella no hay acuerdo final ni traslado a zonas de desmovilización,” no muestran urgencia en el plebiscito, la conclusión queda luego de los anuncios sobre adopción de 35 puntos de protocolos de cese al fuego bilateral y dejación de las armas.
No es acertado perder el trabajo de cuatro años, puede tramitarse en el Congreso el proyecto de ley de amnistía que solamente tendría vigencia una vez concluida la negociación y dejarse constancia de lo que falta, pero la convocatoria del plebiscito requiere de la autorización legislativa y divulgación de lo pactado, del curso de la campaña proselitista.
El remate de un trabajo colectivo, con veeduría internacional, corresponde hacerlo bien y se relaciona con la reforma de la Constitución y de las leyes y de cómo será la participación política de las Farc. Aspiramos a que los negociadores sean receptivos a la petición, en derecho no hay nada, apenas expectativas y anhelos; la unidad nacional depende de sincronizar el reloj con los tiempos indicados, de demostrar que somos capaces de vivir dentro de un Estado democrático, de trabajar por la conquista de una sociedad más justa e igualitaria.
En cuanto el Sí y el No la controversia se encuentra en el aire. Mientras los ciudadanos no estemos enterados de los alcances del Pacto decir que quienes voten en contra apoyan la guerra no suena y cuando se sugiere renegociar privilegios otorgados, posición del Centro Democrático, la pregunta es: ¿Un pronunciamiento ciudadano negativo en las urnas significaría abrir puertas a la renegociación? Algunos opinan que se impondría negociar de nuevo. Depende de qué se someta a votación. La reflexión tiende a evitar equívocos, a que el “posconflicto” no se convierta en otro conflicto, a saber cuáles son las reglas para el plebiscito. Hay frases ininteligibles de la guerrilla y del Gobierno, al descifrarlas se deduce su realización sin la entrega de las armas, confunde la disimilitud de planteamientos del presidente Juan Manuel Santos con los de otros funcionarios.
La tregua ha sido buena, la participación de cientos de compatriotas en el análisis de como aclimatar la concordia sobresale, la voluntad de paz es notoria, hemos madurado, la sociedad agradece el clima de esperanza, pero el cheque no es factible hacerlo efectivo porque está sin firma. Tenemos sobre la mesa el proyecto de acuerdo, no el acuerdo.
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