Fue en el año1991 cuando se consolidó la Federación Nacional de Avicultores, Fenavi, y realizamos en Cartagena de Indias el llamado "Congreso de la Unidad", con tres asociaciones hasta ese momento independientes: Asohuevo, Incubar y Propollo.
Al igual que la celebración del II Encuentro Avícola del Recuerdo en Ibagué, con el fin de integrar generacionalmente a los pioneros de la avicultura en nuestro país con sus descendendientes, la mayoría de los cuales hoy se encuentran al frente del negocio.
Fue ese, el mismo año, en el que adquirimos la primera sede para el funcionamiento de la agremiación y en el que tramitábamos ante el Congreso de la República la aprobación del Fondo Nacional Avícola, Fonav.
Una época de transición entre lo doméstico y las economías de escala, plataforma que para satisfacción de quienes en esos momentos dirigíamos ese gremio, ha dado frutos representados en una alta contribución al PIB agropecuario nacional, con índices muy superiores a los de otros importantes subsectores de la economía.
Así las cosas, es la industria avícola una "potente locomotora" para absorber la oferta de materias primas provenientes del campo, al tiempo de promover la tecnificación y la modernización de sus procesos.
De tal forma que en el momento actual, las operaciones comerciales en su conjunto representan enormes volúmenes, como quiera que el maíz, la soya, la torta de semilla de algodón, los subproductos de molinería, la harina de carne; entre otros, son requeridos para la alimentación de las aves.
Es su abastecimiento, entonces, un gran reto para Andrés Valencia como ex-presidente de Fenavi y ahora Ministro de Agricultura; al igual que para Jorge Enrique Bedoya al frente de la Sociedad de Agricultores de Colombia SAC y por algún tiempo también presidente de Fenavi.
Afortunada coincidencia para emprender acciones conjuntas en función de preservar nuestra soberanía agropecuaria mediante el auspicio y promoción del consumo de materias primas nacionales.
Sólo queda diseñar la matriz que propenda por un desarrollo competitivo en la producción y la comercialización.
La gran ventaja de estos dos destacados profesionales es que gozan del conocimiento y la experiencia, sin cortapisas de políticos que les impidan tener una línea de acción equilibrada y certera.
De la misma forma, el Ministro Valencia, como usuario que fue del Fondo Nacional Avícola FONAV, y conocedor de sus bondades, debe pensar en descongelar cuanto antes los recursos de la parafiscalidad ganadera, injusta y arbitrariamente arrebatada a sus contribuyentes, quienes soportan grandes dificultades particularmente el subsector lácteo.
Hasta aquí, para no volverles a hablar como ya lo hice en anteriores escritos, de la problemática de otros renglones como el arroz, aún sin resolver y a merced del pulso entre industriales y productores por falta de una verdadera formación de precios, y la implementación de un sistema de coberturas ante las variaciones de estos; lo cual así mismo impulsamos con insistencia en las mejores años de la Bolsa Nacional Agropecuaria BNA (ver ley 101 de 1993).
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