Enfrentado

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Los recursos de regalías son una de las más importantes ayudas para las regiones desde el nivel central para salud, educación, alimentación escolar. Con el paso del tiempo se ha permitido ampliar su destinación a otros rubros, siempre y cuando signifique un beneficio para la comunidad.

En las últimas horas, el nuevo director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González, manifestó que los recursos de regalías deberían invertirse preferencialmente en grandes proyectos y no en pequeños en donde el impacto es bajo.

“No sé por qué nos amarramos en normas de carácter constitucional. No sé cómo se nos ocurre poner un porcentaje en esas normas (…) Hay una especie de piñata, cómo nos gastamos las regalías en 22 mil proyectos, cómo en ciencia y tecnología tenemos tres mil proyecticos”, dijo a Blu Radio el funcionario.

Agregó que “no es por despreciar la escuela o el parque”, que se hacen como obras locales en los municipios, sino que el DNP tiene que “pensar en el manejo de $25 billones de regalías”, que considera deben ser invertidos en grandes proyectos que a su vez se discutan con las regiones para “hacerlo de la mejor manera”.

“No podemos seguir repartiendo la plata en proyectos pequeños porque no tienen ningún impacto a largo plazo y si Planeación no está pensando en 10 años, quién lo hace (…) Un parque es una maravilla local, pero la pregunta es cómo esos proyectos locales tienen impactos”, subrayó González.



Agregó el funcionario que  “me imagino cinco o seis grandes proyectos, pero el país no puede gastarse las regalías en 22 mil proyectos, no tiene ningún sentido”.

EL NUEVO SIGLO consultó sobre estas declaraciones del director del DNP al director ejecutivo de la Federación Colombiana de Municipios, Gilberto Toro.

“Creo que el doctor González tiene razón en el sentido de que por supuesto, desde el punto de vista del Gobierno nacional, hay unos desafíos muy grandes en materia de megaobras, pero no se puede desconocer que tenemos 1.102 municipios, de los cuales prácticamente 1.000 son de categoría quinta y sexta, pequeñitos, que no alcanzan a poder cumplir con sus funciones, con sus competencias constitucionales y legales, con recursos propios porque no los tienen”.

Agregó Toro que tampoco se ha podido lograr dar en el país una verdadera autonomía fiscal.

Entonces, dijo, “creo que mientras que tengamos un importante porcentaje de la población viviendo en los municipios pequeños, en la Colombia profunda, en la periferia, que nunca han podido tener realmente el apoyo del Estado para resolver sus desafíos y las necesidades que tienen sus comunidades, que son muy pobres, para tener una mejor calidad de vida, pues obviamente hay que pensar en que el Gobierno nacional debe contribuir con recursos como los de regalías”.