Cambios bruscos en el Atlántico Norte afectaron al clima global

Europa press

Cambios climáticos bruscos en el Atlántico Norte que se produjeron repetidamente durante la última glaciación afectaron a los patrones de precipitaciones en todo el mundo, especialmente a los monzones.

Un equipo internacional de científicos utilizó estalagmitas de cuevas distribuidas por todo el mundo junto con simulaciones de modelos para analizar las repercusiones globales de los rápidos aumentos de temperatura en el hemisferio norte, los ampliamente estudiados fenómenos de Dansgaard-Oeschger, saltos rápidos de la temperatura en el hemisferio norte de hasta 15ºC en Groenlandia que se produjeron repetidamente en unas pocas décadas durante la última era glacial. Publican resultados en 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)'.

La comparación de los datos de las estalagmitas y de los modelos muestra con un detalle sin precedentes cómo estos cambios bruscos y las modificaciones asociadas de la circulación de vuelco del Atlántico, AMOC por sus siglas en inglés, han afectado a la circulación atmosférica mundial.

"Estos fenómenos son el arquetipo de los cambios climáticos bruscos y es crucial conocerlos mejor para poder evaluar con mayor fiabilidad el riesgo y las posibles repercusiones de futuros fenómenos climáticos a gran escala", afirma Niklas Boers, del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (PIK) y de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), uno de los autores del estudio.

El equipo de investigadores analizó una colección global de minerales de cuevas, como las piedras de goteo, procedentes de distintas regiones del mundo. En cierto sentido, éstos sirven como archivos climáticos de los que se pueden obtener datos sobre los cambios en las precipitaciones durante la última glaciación.



"Nuestros resultados muestran que, en todo el mundo, la circulación atmosférica y los patrones de precipitación asociados cambiaron drástica y bruscamente como consecuencia de los fenómenos de Dansgaard-Oeschger --indica el autor principal, Jens Fohlmeister, que era científico del PIK en el momento de la investigación--. Los impactos de estos casos de cambios climáticos abruptos en el pasado se sintieron a nivel mundial, y con mayor severidad en los dominios de los monzones tropicales".

Los científicos fueron capaces de reproducir estos impactos, sugeridos por más de 100 formaciones rupestres de 67 cuevas diferentes distribuidas por todos los continentes excepto la Antártida, con modelos climáticos complejos.

"Esto demuestra que vamos por buen camino en la mejora de nuestros modelos para poder representar cambios climáticos abruptos con más detalle", añade Boers.

La investigación podría además ayudar a comprender mejor cómo reaccionan los llamados elementos de inflexión, como el AMOC, en futuros escenarios de calentamiento global provocado por el hombre.

Hasta ahora, las incertidumbres a la hora de estimar el comportamiento de tales elementos de inflexión siguen siendo enormes, a pesar de la extensa labor de investigación que se viene realizando desde hace varios años. Los investigadores sostienen que es necesario seguir investigando sistemáticamente los cambios climáticos bruscos del pasado.

"Hemos dado un gran paso y hemos añadido otra pieza al rompecabezas para evaluar de forma más fiable las repercusiones globales detalladas que podría tener el vuelco de un componente importante del sistema terrestre como el AMOC", concluye Boers.