¿Usted es de las personas que roncan de manera recurrente y le atribuye eso al cansancio o a que se tomó unas copas de más? Pues bien, si se identifica con algunos de estos síntomas puede estar padeciendo del síndrome de apnea –hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS)–, que puede ocurrir en Colombia en un 5 % de la población.
Algunas personas, mientras duermen, presentan un estrechamiento o colapso de las vías respiratorias superiores debido a que los músculos de la faringe se relajan o porque los tejidos como la úvula o el paladar son muy grandes y/o gruesos, produciendo la interrupción al ingreso del flujo de aire, que ocasiona turbulencia y vibraciones del tejido y produce un ruido llamado ronquido.
Según explicó Luis Alejandro Marcelo Pinilla, docente del programa de Terapia Respiratoria de Areandina Bogotá, el ronquido es un ruido que puede llegar a más de 80 decibelios, especialmente cuando la persona se acuesta bocarriba, y disminuye o desaparece cuando se acuesta de lado. Este se asocia a cese completo del flujo aéreo, llamado apnea, o parcial, denominado hipopnea.
“Las apneas o hipopneas causan que la sangre no tenga un buen transporte de oxígeno y ocasionan una presión de oxígeno disminuida en los tejidos, denominada hipoxia. Esto produce que cada órgano del cuerpo se vaya dañando día a día y entren en falla. Las personas en estas situaciones responden aumentando el esfuerzo inspiratorio, buscando abrir la vía respiratoria y mejorar la función cardiaca”, dijo.
Para el docente, debido a estas situaciones al día siguiente las personas con apnea de sueño experimentan somnolencia excesiva y cansancio, lo cual puede disminuir el rendimiento laboral o hasta causar ausentismo. Además, les es difícil concentrarse o tienen pérdida de memoria, afectando su actividad académica; presentan dolores de cabeza en las mañanas y mayor probabilidad de accidentes de tránsito.
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Otros síntomas nocturnos que aportan al deterioro de la calidad de vida son tener que levantarse repetidamente a orinar, esto es asociado a falta de oxígeno o a tomar líquido por presencia de sed relacionado con la diabetes. Puede presentar sudoración, despertarse con sensación de agrieras o acidez por reflujo gastroesofágico, nariz tapada o sufrir de pesadillas.
No se debe descuidar
Esta afección se ha relacionado con problemas de salud más graves, como hipertensión, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y obesidad. Estas complicaciones médicas pueden empeorar aún más la calidad de vida de los afectados y aumentar el riesgo de mortalidad prematura.
“La apnea del sueño se ha relacionado con la hipoxia intermitente que causa procesos inflamatorios y estrés oxidativo, que conlleva a enfermedades graves como: afecciones cardiovasculares, tales como hipertensión arterial o pulmonar, infarto agudo del corazón, arterioesclerosis, síndromes metabólicos como resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 o hígado graso. A nivel neurológico, accidentes cerebrovasculares o presentar problemas de disfunción sexual”, explicó el docente.
Afortunadamente existen enfoques efectivos para el tratamiento y la gestión de la apnea del sueño. Uno de los tratamientos más comunes es el uso de una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés), que proporciona un flujo constante de aire para mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño.
“Adicional a esto se debe bajar de peso, ya que puede reducir los síntomas, crear hábitos de higiene de sueño y ejercicios respiratorios, que busquen fortalecer la musculatura respiratoria y mejorar la capacidad pulmonar”, concluyó.
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