El futuro de marismas y atolones depende del Acuerdo de París

Europa press

Los humedales costeros y los atolones tendrán dificultades para crecer lo suficientemente rápido como para seguir el ritmo del aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático.

Según determina un nuevo estudio publicado en Nature el futuro de las marismas y otras zonas costeras bajas depende en gran medida de que el calentamiento global pueda limitarse a menos de 2 grados centígrados, tal como se formula en el Acuerdo de París.

Una de las principales conclusiones del documento es que es improbable que las marismas costeras, los manglares y las islas de arrecife puedan seguir el ritmo de un aumento del nivel del mar superior a 7 milímetros (aproximadamente un cuarto de pulgada) al año. Es probable que este ritmo se produzca para el año 2100 en la mayor parte del mundo si no se hacen grandes esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, en la costa del Golfo ya se observan tasas de aumento del nivel del mar más elevadas, e investigaciones anteriores de la Universidad de Tulane (Estados Unidos) han demostrado que la tasa actual de aumento del nivel del mar podría "ahogar" las marismas de Luisiana, y posiblemente otras zonas de la costa del Golfo, en unos 50 años.



"En conjunto, estos ecosistemas se encuentran entre los más valiosos del planeta. Por ejemplo, la pesca mundial depende en gran medida de la salud de los humedales costeros y los arrecifes de coral", afirma Torbjörn Törnqvist, coautor del estudio y catedrático de Geología Vokes del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medioambientales de Tulane.

El estudio enlaza directamente con las proyecciones más recientes sobre el nivel del mar del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, publicadas en 2021.

Los investigadores descubrieron que si el calentamiento global se mantiene por debajo de los 2 °C en comparación con las temperaturas preindustriales, estos ecosistemas costeros probablemente sobrevivirán a lo largo de muchas de las costas del mundo en 2100, pero es probable que niveles más altos de calentamiento provoquen un colapso generalizado.

"Esto demuestra la importancia del Acuerdo de París, cuyo objetivo es mantener el calentamiento dentro de los 2 °C e, idealmente, 1,5 °C --destaca Törnqvist--. Está claro que esto supondría una enorme diferencia para los ecosistemas costeros. Sin embargo, ahora mismo vamos camino de un calentamiento de 2,4 a 3,5 °C para finales de este siglo, por lo que se necesita desesperadamente un cambio de rumbo. Y esto tendría que ocurrir muy rápidamente".

Incluso con un calentamiento global de 1,5 °C, algunas zonas costeras perderán la mayor parte de sus humedales a finales de siglo. Las costas de Luisiana y Texas constituyen una de esas regiones. La cascada de calor récord registrada en gran parte del mundo en los últimos meses demuestra que ese nivel de calentamiento podría alcanzarse en cuestión de años.