Un aspecto primordial del Acuerdo final al que se arribó en La Habana por parte de los negociadores del Estado colombiano por una parte y las Farc de otra y junto con la elegibilidad de integrantes de la estructura de las Farc, una vez se haya hecho efectiva la dejación de armas, han acaparado la atención de la opinión pública y han sus citado el más encendido debate de cara al Plebiscito que lo habrá de refrendar.
Según el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, “los responsables de delitos de lesa humanidad no van a ir un solo día a la cárcel y puedan ser elegidos a posiciones públicas”. La verdad sea dicha, en ninguna parte de las 297 páginas que contienen el Acuerdo final está dicho que se acepta que el genocidio, la violación, crímenes de guerra o de lesa humanidad “no vayan a pagar un solo día de cárcel”. Tales delitos están excluidos explícitamente de cualquier beneficio y podrán pagar penas restrictivas efectivas de la libertad entre cinco y ocho años, siempre y cuando colaboren y reconozcan toda la verdad, o privativas de la libertad con reclusión carcelaria hasta 20 años en el caso contrario.
Pero es bueno también dejar en claro que además de la investigación, juzgamiento y las sanciones que impartirá la Justicia Transicional, este tiene su correlato en la Comisión de la Verdad, para el esclarecimiento de los responsables de la comisión de los delitos, así como las circunstancias de tiempo, modo y lugar de perpetración de los mismos, como también de la Unidad de búsqueda de los desaparecidos y las unidades de reparación. Ello es lo que permitirá que se conozca la verdad y sobre esta base poder reparar a las víctimas, que han estado en todo momento en el centro tanto de la negociación como del Acuerdo final.
Con lo que ha dado en llamar “elegibilidad” de los jefes de las Farc se ha armado una tempestad en un caso de agua por parte del Centro Democrático en su afán de aupar la campaña del No en el plebiscito. Afirma el ex presidente Álvaro Uribe, refiriéndose a las negociaciones en La Habana, que “este proceso premia al terrorismo al negar cárcel a los máximos responsables de delitos atroces”, que ya vimos que ello es falso y a renglón seguido añade que se “premia al terrorismo con elegibilidad política que no tienen esos presos, ni los paramilitares, ni los políticos que han perdido la investidura”.
Pero él no pensaba lo mismo cuando siendo Presidente: “si un Acuerdo de paz aprueba que los guerrilleros de las Farc vayan al Congreso, hay que remover el obstáculo constitucional que lo impide”. Cabe preguntarse, qué ha llevado al expresidente Uribe a cambiar de opinión y lo que había que hacer “por el bien de la patria” ahora resulta pecaminoso y responde a una estrategia del “castrochavismo”.
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*Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos
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