CERTIDUMBRES E INQUIETUDES
El Acuerdo no era la paz

Digamos una vez más que el plebiscito no era necesario porque el Jefe del Estado está autorizado constitucionalmente para adelantar el proceso de paz y celebrar acuerdos con miras a alcanzar la paz.

Tal es el objetivo, y no lo podemos confundir con los medios para lograrlo. No todo medio es válido en búsqueda de un fin loable. Por eso, no se podía confundir el Acuerdo con la paz.

Ahora bien, ya que el Presidente quiso someter lo actuado al veredicto popular, y lo hizo preguntando al pueblo si apoyaba o no el voluminoso Acuerdo firmado el 26 de septiembre, cada colombiano tenía el derecho inalienable de inclinarse por el Sí o por el No. Era su derecho votar, y escoger libremente cualquiera de las dos opciones.

No se necesitaba ser santista para votar Sí, ni uribista para votar No. Todos los ciudadanos debíamos votar libre y espontáneamente, sin agresiones ni descalificaciones, sin que fuera indispensable pertenecer a un cierto partido. La paz, como lo dice la Constitución, es un derecho y un deber de todos, y de ella no se puede apropiar nadie.

El propio Rodrigo Londoño -Timochenko-, dice que el No era una de las opciones. De eso se trata en un plebiscito. Había dos opciones  -Sí y No-, ambas igualmente válidas. Y era un derecho de todos votar por una u otra.

El Presidente Juan Manuel Santos ha aceptado su derrota en el plebiscito. Él, como Jefe del Estado -que era quien consultaba al pueblo-, habría hecho mejor si se hubiera mantenido imparcial ante la respuesta; esperarla y aplicarla. Pero, como tomó partido; como confundió a los colombianos, atando el valor de la paz al Acuerdo Final; como sostuvo que si ganaba el No regresaba la guerra y el Acuerdo no podía ser renegociado, y como sindicó a los partidarios del No de oponerse a la paz y de buscar la guerra, salió derrotado. No ha debido ser así.

Pero habiendo triunfado el No, el Presidente es el llamado a buscar nuevos caminos hacia la paz. En ello, lo acompañaremos, como lo acompañamos desde el comienzo en este proceso, antes de los errores cometidos por el Gobierno, que nos llevaron a votar por el No.

El Jefe del Estado debe convocar de inmediato a los partidos políticos y buscar un gran acuerdo nacional, sin exclusiones. Es lo que quieren también las Farc, que en las últimas horas lo han expresado en términos claros y contundentes. 

No sigamos confundidos: la paz no era el Acuerdo. Ni el Acuerdo era la paz.