“¿Llegó el momento de una intervención militar?”
Durante su alocución al Senado el 5 de enero de 1951, el senador Taft, republicano, dio a entender cuál debería ser la base de la política exterior de los EE.UU. teniendo en cuenta la amenaza de la expansión del comunismo soviético post Segunda Guerra Mundial.
La amenaza del comunismo es real. Quienes dirigen su marcha son hombres de mucho talento, pero sin principio alguno por el respeto individual. Estados Unidos debería ser el adalid en la batalla para evitar que el comunismo se difunda con el fin de conservar al mundo seguro y libre. (Traft, 1951, alocución Senado).
Con el avance de lo que se conoce como la “guerra fría”, el comunismo impulsado por la antigua Unión Soviética alcanzó su objetivo al consolidar su poder hegemónico no solo en Europa oriental, sino en la isla de Cuba, utilizando a su antojo a un títere de Moscú como lo fue Fidel Castro, de tal manera que se pusieron en marcha severos planes de conquista territorial y de poder, como lo fue la elección de Allende en Chile o el laboratorio de ensayo con la presencia del Che Guevara en Bolivia, o el caso de Jacobo Barnes en Guatemala.
Para el recuerdo quedó la crisis de los misiles cubano-soviéticos.
Con la llegada de Hugo Chávez al firmamento venezolano, Foro de Sao Pablo, la expansión soviética (rusa) en la región se hizo más que evidente. Chávez y Putin se convirtieron en los nuevos mejores amigos.
Vino la alianza con el régimen iraní permitiendo vuelos directos semanales entre Teherán y Caracas con el fin de propiciar el ingreso de las células de la guardia revolucionaria que ya venían con el atentado de la AMIA en Buenos Aires, complot descubierto por el entonces fiscal Nisman, posteriormente asesinado.
La anterior introducción para comentar lo acontecido durante la última asamblea de las Naciones Unidas donde se expuso el caso de Venezuela no solo por el presidente Trump, sino por nuestro presidente Duque y demás países, quienes pareciera que se despertaran después de un letargo para proceder con una serie de acciones concretas frente al régimen opresor de Maduro.
El presidente Lenin Moreno comentó que su país está recibiendo entre 5.000 y 10.000 venezolanos, día. Según cifras de Migración Colombia, cerca de 1.500.000 venezolanos han cruzado las diferentes fronteras comenzando a generar una serie de problemáticas sociales, de orden público y económicas en las ciudades a donde llegan. Ni hablar de lo que sucede a diario en Transmilenio.
Me pregunto cuántos prisioneros. Ahí quedó para la triste historia el caso del joven Laurent Salleh con la complicidad de la canciller salomónica Holguín y el gobierno de JMS.
Me pregunto, después de escuchar con atención las alocuciones tanto de Trump, quien va ganando la partida, como de Duque, si estamos ante el nacimiento de los nuevos mejores amigos o si, por el contrario, las palabras para los venezolanos sobran.
¿No será que llegó el momento de una intervención militar directa en legítima defensa de la libertad del pueblo venezolano?
Puntilla: Así, como cuando se toma un curso rápido sobre cómo ganarse enemigos gratis para dumies, por el ministro Carrasquilla.
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