Su majestad, el fútbol

La final histórica en Catar

* Deporte que no para de evolucionar

 

El fútbol es el deporte más universal que existe, no solo por ser el más practicado en todo el globo sino porque genera una pasión sin igual. Esta premisa, que de tanto repetirse se ha vuelto una frase de cajón, tuvo, sin embargo, una nueva ratificación ayer en la final del Mundial Catar 2022, que concentró la atención de casi todo el planeta. Centenares sino miles de millones de personas vieron a Argentina coronarse campeona ante una aguerrida Francia, en uno de los partidos más emotivos de las últimas décadas en los máximos torneos del balompié.

Culminada la cita mundialista es hora de sacar conclusiones. La primera de ellas es que Catar terminó cumpliendo el reto que significaba organizar un torneo de estas características, no solo en una época distinta a la tradicional, sino en un país sin mayor tradición futbolística, con cuestionamientos sobre derechos humanos, garantías laborales y con muchas dudas sobre si tenía la infraestructura deportiva, de transporte y la logística en general que se requiere para un evento de esta magnitud. Al final, los anfitriones sacaron avante el espectáculo sin que se presentaran mayores incidentes que afectaran el rendimiento de los jugadores, la seguridad y comodidad de los centenares de miles de asistentes o las transmisiones de los partidos a todo el globo. Obviamente hubo polémicas y ya le corresponderá a la FIFA tomar los correctivos de cara a los próximos mundiales, empezando por el hecho de volver a disputarlos a mitad de año.

En el plano estrictamente deportivo, también hay mucho que destacar. Por ejemplo, en la primera fase hubo partidos de alto nivel. Es evidente que el balompié de África y Asia está avanzando a pasos agigantados, como se desprende de la sorprendente selección de Marruecos –que terminó en un inédito cuarto puesto– o con Japón –que derrotó a varios equipos de campanillas–. Igualmente, debe destacarse a Croacia, subcampeona hace cuatro años en Rusia y que ahora logró un merecido tercer lugar. En la otra cara de la moneda, es decir en la de las decepciones, Brasil, Alemania y España encabezan el listado.

Otro de los hechos relevantes de Catar 2022 ha sido el partido de la final. No solo porque se enfrentaron las mejores selecciones del torneo, con los dos mejores jugadores y los arqueros más destacados, sino porque el partido que definió el título pasará a la historia como uno de los más emotivos y de alta calidad de las últimas décadas en estas instancias. Lionel Messi y Kylian Mbappé confirmaron por qué el primero es considerado el mejor jugador de todos los tiempos y el segundo se encamina como su más seguro sucesor. A ellos, con cierta distancia, solo se les puede sumar en el podio de este Mundial el siempre rendidor 10 croata Luka Modric.

La final tuvo de todo. Fútbol en estado puro, duelo táctico, drama, una montaña rusa de situaciones de juego, garra de lado y lado, polémicas arbitrales y, sobre todo, dos equipos que nunca se rindieron, al punto de marcar seis goles en más de 120 minutos de contienda y forzar una definición por tiros desde los doce pasos que paralizó a todo el planeta. Como se dijo, es por esto que el balompié es el deporte más universal y apasionante.

Ya para terminar, a nivel de nuestro país, es evidente que la ausencia de Colombia en Catar se lamentó cada día más con el avance del torneo. La selección nacional tenía el nivel para ir a esta cita orbital pero, una vez más, los yerros deportivos y las falencias administrativas privaron a nuestra masiva y sufrida afición de disfrutar directamente del máximo torneo futbolístico. Ojalá para la clasificatoria al Mundial 2026 (que se realizará en Estados Unidos, Canadá y México) y al cual irán 48 selecciones (16 más que en Catar) se corrijan las fallas y aseguremos cupo.

Por ahora, hay que decir adiós a Doha. Fue un buen Mundial, con muchas innovaciones tácticas y estratégicas, con la despedida de grandes figuras como el portugués Cristiano Ronaldo y el surgimiento o consolidación de jugadores jóvenes que tomarán la posta de los mejores y más históricos. Afortunadamente, el balón no se detiene y pronto volverán las emociones a nivel local y continental.