Permaneciendo en el amplio tema de “El amor en el Matrimonio”, del Cap. IV de la Exhortación, alude el Papa Francisco a la “violencia y manipulación” para hacer llamado a evitar desfiguración de lo que deben ser las relaciones sexuales, algo querido por Dios, cuando no son “vividas de modo verdaderamente humano” (n.154). Llama a superar la “insaciabilidad” y el egoísmo que “cambian esencialmente la estructura de la comunión en la relación interpersonal” (n.
“Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Hebreos 12:14.
Algunos se estarán preguntando cómo votar este 2 de octubre. Tal vez, hayan recibido mucha información acerca de cómo votar en las últimas semanas, pero aun no deciden su voto. Otros, quizás, ya tengan su decisión tomada, ya sea por el Sí o por el No a los acuerdos entre la guerrilla de las Farc y el Gobierno colombiano.
Una de las mejores columnas sobre los acuerdos de La Habana apareció en Portafolio de manos del consultor Luis Klein. Sin la rimbombante prosa de los abogados y los intrincados términos de los economistas y demás humanistas, este consultor privado concreta el punto: esa hiperbólica burocracia, esa para estatalidad, esa infinidad de obligaciones adquiridas ¿Con qué las vamos a pagar y cómo la vamos a cumplir?
En comentario anterior se preguntaba este columnista si este proceso del plebiscito en el cual no se vota por personas sino por una idea, como es la de dar por terminado el conflicto con las Farc, se está convirtiendo en un proceso político en el cual están envueltas aspiraciones electorales que tiene que ver con las próximas elecciones, en las cuales se va a elegir a quien haya de suceder a Juan Manual Santos. Estoy por pensar que la respuesta tiende a ser afirmativa, particularmente en el campo de los seguidores del talante del expresidente Uribe.
Colombia se ha acostumbrado tanto a la violencia y a la confrontación armada y fratricida que muchos dudan que la paz se logre consolidar en el llamado posconflicto. Somos por idiosincrasia o “indios sin gracia”, -quizás heredada de nuestros ancestros nativos- un pueblo por naturaleza pesimista, así algunos analistas demográficos incitan en que somos un pueblo feliz.
Las Naciones unidas han proclamado una serie de principios a favor del niño. Se pueden sintetizar así: El niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes, como después del nacimiento. La humanidad debe al niño lo mejor que pueda darle. Por esto debe procurarse con que su infancia sea feliz, para que pueda gozar, en su propio bien, y en bien de la sociedad.
Julio Sánchez Cristo interpreta la historia del Plan Colombia (Plan en adelante) en País que se Hizo Posible. 15 años del Plan Colombia. Hablan los protagonistas (Planeta, Bogotá, 2016) y son veintisiete, incluyendo al prologista Luis Alberto Moreno. El punto de partida fue binacional al abarcar a Colombia y Estados Unidos (USA, EE.
Lo dicho y no dicho durante la firma del Acuerdo Final de Paz entre la guerrilla de las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos, que pasado mañana será refrendado o rechazado en urnas me mantiene ocupada mientras deshojo una margarita: me quiero mucho, poquito, nada…
El domingo decidiremos si nos quedamos anclados al odio pasado, presente y futuro que generan las guerras, o si desminamos la memoria y nos atrevemos a construir una sociedad viable.
El mundo nos mira con esperanza; dejamos de ser los parias de la violencia y el narcotráfico, para convertirnos en un ejemplo de lo que se puede lograr cuando la perseverancia ocupa el lugar de los impulsos, y la concertación, el del resentimiento.
Mientras el país vibraba de emoción, los líderes del mundo aplaudían y en general una humanidad exaltaba con regocijo ese principio del final de la guerra en Colombia, un grupo de compatriotas se incrustaron en “los zapatos viejos”, para protestar contra la celebrada paz que nos arropa. Como decía el “tuerto” López en su poema, desconocían que ¡ya no viene el aceite en botijuelas!