Mariano Ospina Hernández

“Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre”

Anónimo

Partió de este mundo uno de los hombres más integérrimos que había en nuestro país. Para mi desfortuna lo conocí hace pocos años, pero en las ocasiones que se lo solicite conté con sus buenos consejos y recomendaciones cuando aspire a la alcaldía de mi pueblo Togui, y al Concejo de Bogotá .Siempre dispuesto a darnos el tiempo necesario para escuchar nuestras opiniones y ofrecer su incondicional apoyo. Siempre las puertas de la Fundación Ospina, estuvieron abiertas al pensamiento y a la actividad política en favor del país. Con un gran carácter y don de gentes, asumió las adversidades de la vida. Jamás permitió que se le hablara de temas non santos, ni de posiciones contrarias a la doctrinas de su partido Conservador.

Marianito, como le decían coloquialmente sus amigos, deja un importante legado político y académico. Hablaba pausado pero con firmeza, con tono regañón, pero con el sentimiento de que las cosas no iban bien en nuestra querida Colombia, porque estaban desapareciendo las buenas costumbres. Desde la ventana de su oficina veía orgulloso el paseo Santander, hoy Park Way,  cuyo diseño y construcción fue apoyado por una  las empresas constructoras de la cual hacia parte su familia, Ospinas y compañía y es orgullo y sitio turístico de la ciudad .Tal vez por eso su nostálgica mirada se perdía entre los frondosos urapanes y se alejaba por los senderos en piedra.

Nacido en Medellín, en el hogar del expresidente Mariano Ospina Pérez, y Bertha Hernández de Ospina, estudió Ingeniería Civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), pasó por Harvard y recibió el título Honoris Causa en Biología Marina en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Estuvo ligado a la política hasta los últimos segundos de vida. Fue concejal de Guatavita, Itagüí y Medellín. Fue diputado de Antioquia; Senador de la República,  miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991 y diplomático. Representó al país en la Alemania Federal, entre 1970 y 1981, y también estuvo en los grupos de consulta del Banco Mundial y de la Ocde.

Fue gerente de Editorial El Globo S.A., Director del diario La República, además  presidente de la Caja Agraria.

El presidente del Partido Conservador, Hernán Andrade dijo que Ospina “dejó un legado de buenas maneras, de excelencia, de señorío, de su creencia en el partido, de su visión. Hoy recuerdo mucho su visión de los ríos de Colombia y del río Magdalena como autopista para la prosperidad, todo su proyecto económico con los ríos de Suramérica”.

Estaba casado con Elena Baraya González, con quien tuvo siete hijos: Juan Diego, Rafael  Lisandro, Mariano,  Patricia, Javier y Ángela. Fueron sus hermanos Rodrigo,  Fernando, Gonzalo Rafael y María Clara.

Los colombianos deben recordarlo por la rectitud con la que abordó los diferentes temas que tuvo que afrontar en su vida política, además de las enseñanzas que dejó a los estudiantes y su respaldo permanente al Icetex.

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