Esta isla, ubicada a veintiocho kilómetros de la costa del Pacífico colombiana, prisión desde1960 hasta1984 cuando el presidente Belisario Betancur la declaró parque nacional, es reserva natural llena de vida silvestre, flora y fauna, con micos blancos, lagartos azules, ballenas jorobadas, tiburones, especies migratorias de aves playeras, insectos, pingüinos. Resulta erróneo permitir la construcción de una base militar de Estados Unidos en su suelo que contiene cultura precolombina habitado alrededor de 1.300 años antes de Cristo, con olvido de que a Gorgona desde 1982 la Unesco la registró como patrimonio de la humanidad.
Carece de sentido deteriorar una de las áreas insulares de mayor riqueza en el mundo. Asiste razón a la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, al suspender la ejecución de la obra cuya iniciación estaba prevista en noviembre del 2023, con la construcción de un muelle de 170 metros, torre de comunicación, radar, estación de guardacostas de tercer nivel y tanque de almacenamiento de 500 galones de combustibles. La licencia ambiental otorgada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) es insólita, debe ser revocada.
Gorgona es parque húmedo tropical, laboratorio existencial, escuela de investigación, liga elementos históricos de primer orden que se afectarían. Así se empieza, luego vendrían helipuertos y aeropuertos, basura, contaminación, tránsito de tropas, burocracia depredadora. Parece que la construcción es financiada por la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Procuraduría de Justicia de los Estados Unidos, pregunto cuál sería la participación de la Armada de Colombia encargada de la custodia de extensas áreas oceánicas en el Caribe y el Pacífico.
Perder soberanía y poner en riesgo el ecosistema, golpear la naturaleza argumentando la necesidad de labores de vigilancia y control del narcotráfico, aceptar militares norteamericanos en Gorgona, cediendo zonas de la isla, viola preceptos constitucionales, el artículo octavo de la Carta establece que “es obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación”.
Cada sitio de patrimonio mundial pertenece al país en el cual se localiza, pero prevalece el interés de la comunidad internacional y tiene que conservarse para las futuras generaciones. Conviene que el gobierno cite a una reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores -creo que todavía existe- para analizar lo concerniente a la base con espíritu de unidad nacional, desconozco los compromisos adquiridos con anterioridad a la iniciación de la administración Petro y si se han recibido dineros de los Estados Unidos. ¿Quiénes asumen la responsabilidad de ejecutar la construcción? Los medios de comunicación que indaguen, los ambientalistas, la academia, el Congreso, los biólogos marinos, el tema toca con la vida y la paz. Nos preciamos de ser marítimos y le damos la espalda al mar.
Estamos a tiempo de evitar otro descalabro medioambiental, no demoran en llegar propuestas para establecer bases militares en la Amazonía con el argumento de que son indispensables para combatir el trafico de drogas mientras se anuncian diálogos con mafiosos a la búsqueda de la Paz Total.
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