GLOBAL
Insuficiente

NO son alentadores los pronósticos sobre el desempeño de la economía mundial para 2017.

No basta crecer  2,3% este año en Colombia para disminuir la pobreza y crear nuevos puestos de trabajo.

Tampoco es suficiente que la economía global crezca 3% en 2017 para salir de la crisis social y atacar las causas de la desigualdad, el hambre, la marginación y la migración.

El vaticinio del Fondo Monetario Internacional va en consonancia con las proyecciones del Ejecutivo colombiano, pero es débil frente a las expectativas de los hogares.

En el mundo, las proyecciones del FMI siguen siendo moderadamente optimistas, aunque en algunas regiones asoman nubes de pesimismo por la pérdida de empleos y el aumento de refugiados que huyen de sus naciones empujados por guerras y hambre.

Los más recientes informes sobre la economía mundial establecen un difícil clima de negocios y un conservador ambiente para invertir.

Pocos países salen bien librados del cálculo sobre producción, ventas, exportaciones y empleo. China es la excepción gracias a su locomotora industrial y su maquina exportadora.

La eurozona no vislumbra mejoras en su comercio exterior y la actualidad de Gran Bretaña es complicada por el proceso de separación del bloque europeo.

La oferta laboral en Europa es escasa, hay contracción industrial, dificultades por las deudas hipotecarias, reducción en remesas de forasteros a sus países de origen, lenta creación de empresas, déficit de vivienda y contagio de refugiados provenientes principalmente de Siria.

Estados Unidos muestra alzas en su mercado de valores y renta fija, pero declive en compra de viviendas nuevas y acceso al empleo formal en el comercio y la industria.

América Latina, en promedio, podría crecer 3%, aunque algunos países estarán por debajo. Perú, Chile, Ecuador y Colombia, en la senda de la estabilidad macroeconómica.

Sin embargo, Venezuela va de mal en peor y es posible que la rebelión popular contra el Presidente Maduro lleve a una mayor crisis de no retorno. El camino es la democracia, convocar elecciones libres y dar garantías a la oposición, sin persecuciones ni más tiranía.

En Colombia es urgente que la economía crezca nuevamente al 5% anual para mejorar la calidad de vida de más de 10 millones de familias en la pobreza extrema.

Para darle trabajo a más de 2 millones de personas -deben ser muchas más- se necesita que el PIB alcance niveles del 7% como ya lo obtuvimos.

Es sencillo: si cuando crecimos a esas cifras no generamos la prosperidad, el desarrollo, la equidad, la inclusión, el empleo y la inversión social para todos, ¿cómo hacerlo ahora con un crecimiento tan raquítico?

Aún con mayores impuestos nacionales y locales para empresas y ciudadanos, las finanzas públicas siguen maltrechas y no alcanzan para dar cobertura a las poblaciones vulnerables.

Crear nuevos empleos es el grito de cada día de mujeres y hombres que necesitan ingreso para sumarse al aparato productivo y no al ocio o la inseguridad.

La noticia del FMI sobre crecimiento este año causa desaliento.

NO son alentadores los pronósticos sobre el desempeño de la economía mundial para 2017.

No basta crecer  2,3% este año en Colombia para disminuir la pobreza y crear nuevos puestos de trabajo.

Tampoco es suficiente que la economía global crezca 3% en 2017 para salir de la crisis social y atacar las causas de la desigualdad, el hambre, la marginación y la migración.

El vaticinio del Fondo Monetario Internacional va en consonancia con las proyecciones del Ejecutivo colombiano, pero es débil frente a las expectativas de los hogares.

En el mundo, las proyecciones del FMI siguen siendo moderadamente optimistas, aunque en algunas regiones asoman nubes de pesimismo por la pérdida de empleos y el aumento de refugiados que huyen de sus naciones empujados por guerras y hambre.

Los más recientes informes sobre la economía mundial establecen un difícil clima de negocios y un conservador ambiente para invertir.

Pocos países salen bien librados del cálculo sobre producción, ventas, exportaciones y empleo. China es la excepción gracias a su locomotora industrial y su maquina exportadora.

La eurozona no vislumbra mejoras en su comercio exterior y la actualidad de Gran Bretaña es complicada por el proceso de separación del bloque europeo.

La oferta laboral en Europa es escasa, hay contracción industrial, dificultades por las deudas hipotecarias, reducción en remesas de forasteros a sus países de origen, lenta creación de empresas, déficit de vivienda y contagio de refugiados provenientes principalmente de Siria.

Estados Unidos muestra alzas en su mercado de valores y renta fija, pero declive en compra de viviendas nuevas y acceso al empleo formal en el comercio y la industria.

América Latina, en promedio, podría crecer 3%, aunque algunos países estarán por debajo. Perú, Chile, Ecuador y Colombia, en la senda de la estabilidad macroeconómica.

Sin embargo, Venezuela va de mal en peor y es posible que la rebelión popular contra el Presidente Maduro lleve a una mayor crisis de no retorno. El camino es la democracia, convocar elecciones libres y dar garantías a la oposición, sin persecuciones ni más tiranía.

En Colombia es urgente que la economía crezca nuevamente al 5% anual para mejorar la calidad de vida de más de 10 millones de familias en la pobreza extrema.

Para darle trabajo a más de 2 millones de personas -deben ser muchas más- se necesita que el PIB alcance niveles del 7% como ya lo obtuvimos.

Es sencillo: si cuando crecimos a esas cifras no generamos la prosperidad, el desarrollo, la equidad, la inclusión, el empleo y la inversión social para todos, ¿cómo hacerlo ahora con un crecimiento tan raquítico?

Aún con mayores impuestos nacionales y locales para empresas y ciudadanos, las finanzas públicas siguen maltrechas y no alcanzan para dar cobertura a las poblaciones vulnerables.

Crear nuevos empleos es el grito de cada día de mujeres y hombres que necesitan ingreso para sumarse al aparato productivo y no al ocio o la inseguridad.

La noticia del FMI sobre crecimiento este año causa desaliento.