DIEZ días para la verdadera encuesta democrática que seguramente llevará a dos contrincantes a una segunda vuelta en medio de lluvia de propuestas por parte de candidatos que millones de ciudadanos no logran entender ni creer.
Alud de información sale cada día de campañas presidenciales sin ton ni son.
Olvidaron mayoría de aspirantes a jefatura del Estado el cómo ejecutar sus imaginarios.
No hay claridad sobre manera de poner en marcha muchas de las estrategias para relanzar el país hacia un mayor crecimiento con inclusión social.
Leídos los programas promovidos por estrategas de campaña es poco lo que hay de objetivo para sacar adelante.
Un aguacero de anuncios en medio de gran sequía de orientación ciudadana.
En economía es demasiado lo ofrecido por candidatos, poco lo creíble.
Reimpulsar locomotoras del crecimiento y hacer rodar a todo vapor los vagones sectoriales requiere más que imaginación, decisión y audacia política.
Empresarios consultados sobre qué ven y cuánto le creen a las propuestas de presidenciables coinciden en que candidatos se dedicaron al insulto, ataques personales y a repetirse en tesis.
Dijeron que parecen copias del uno al otro, en caso coinciden o dicen lo mismo.
Hombres de negocios aseguran que falta fondo a unas ideas que son más de forma.
En materia de impuestos, por ejemplo, inversionistas no tienen nada claro. El porvenir pinta con inestabilidad en las reglas de juego.
Si fuera diferente, aseguran, los candidatos ya deberían haber concretado la forma como se manejará el sistema impositivo colombiano en los próximos cuatro años.
Las empresas creen que vendrá otra reforma tributaria. Pero no saben qué reforma será.
En garantías jurídicas, no se sabe suficiente.
Los productores quieren saber qué será de acuerdos recíprocos para inversionistas extranjeros en Colombia.
Candidatos hablan de empujón al comercio exterior, pero no plantean cómo y con qué instrumentos.
En ciencia, tecnología e innovación, se aseguran inversiones, pero se sabe poco del procedimiento.
En apoyo a hotelería y turismo, ¿quién planteó lo suficiente?
En empleo candidatos ofrecen trabajo, pero las gentes no saben de qué manera puntual se reducirá el desempleo y la informalidad.
En pueblos y sector rural, preguntan por vivienda para los pobres, servicios públicos, vías terciarias, salud y educación.
Ganaderos, cafeteros, floricultores, algodoneros, arroceros, palmicultores y cultivadores de cítricos, quieren información oportuna.
Candidatos coinciden en que pondrán a crecer más la economía pese al escenario global complicado. Sin embargo, no aterrizan el cómo lo harán en medio de sectores deprimidos, hogares endeudados y desconfianza nacional.
Qué harán para reactivar el alicaído consumo, pero ¿cómo en medio de una economía que apenas crece arriba del 2% anual?
Si locomotoras de prosperidad industrial, comercial, exportadora y agroindustrial no reciben nuevo combustible, va a ser difícil acelerar marcha.
Ojalá en ese arrume de propuestas colombianos saquen conclusiones que les permitan votar a conciencia este 27 de mayo.
Para considerar: candidatos no visitaron Guainía, Guaviare, Amazonas y Vaupés. Regiones que no contaron para aspirantes presidenciales. ¿Quién le da entonces esperanzas a estas poblaciones?
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