Electro-Caribe en el PND

El  Plan Nacional de Desarrollo es un pacto para el progreso de Colombia en los cuatro años venideros, incrustar  el gravamen a los estratos 4, 5 y 6 a nivel nacional con el objetivo de  cubrir un gran robo, enreda  el proyecto.

Allegar recursos para refinanciar Electro-Caribe, conseguir mejores condiciones para venderla, debería analizarse con diferente óptica y tramitarse la ley vinculada al uso de las regalías, útil en el presente caso. Abrir la compuerta de imponer sobretasa mensual en las facturas de electricidad es pésimo precedente. Ante el deterioro de instituciones de servicios públicos ya se escuchan voces pidiendo igual tratamiento para ellas.

El Gobierno afronta graves dificultades, el orden está turbado, los recursos no alcanzan, la administración anterior adquirió el compromiso de adjudicar a los indígenas enorme extensión de tierra sin que sepamos condiciones, ni plazos,  ¿Qué tal, por ejemplo, si a alguno se le ocurriera concretar ese compromiso dentro Plan Nacional de Desarrollo? Corresponde llamar la atención frente a iniciativas inequitativas y encauzar, en forma separada, la recuperación de Electro-Caribe.

Con base en ideas generales solicitar atribuciones para crear y fusionar instituciones, reordenar empleos, disponer de baldíos, modificar el régimen pensional, enajenar bienes, cambiar el sistema pensional y de salud, efectuar el ajuste laboral, disponer de autorizaciones para adecuar energías renovables, aprobar la transformación de las tecnologías de la información y no sé cuantas cosas más, altera metas, no sería bueno que el Ejecutivo procediera a legislar sobre lo divino y lo humano  por delegación del Congreso de la República  aprovechando la presentación del Plan Nacional de Desarrollo.

Las opciones para salvar la intervenida  Electro-Caribe son varias, todos coinciden en que no se pueden incrementar tarifas a los usuarios, residentes en siete Departamentos, se indica que el rescate requiere inversiones  de entre 3.5 y 7 billones de pesos con proyección a los próximos  diez años. Conviene adoptar determinaciones, tender puertas, encontrar oferentes  situándola en vía de saneamiento, evitar su desaparición. Esperamos que el debate rinda frutos y el gobierno escuche las argumentaciones no sólo de senadores y representantes sino de expertos, desde distintos ángulos, dignas de tenerse en cuenta.  

El Plan Nacional de Desarrollo es un instrumento de gestión pública general y local, no una reforma tributaria, se relaciona con disminuir la pobreza, impulsar el emprendimiento, innovar en educación e investigación, incentivar  creatividad; asuntos en estudio mezclados con otros que no caben.