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¡Bájenlas, ya!

Los banqueros del país ya deberían  haber bajado las tasas de interés de los créditos. Ya la junta del Banco de la República hizo su parte: redujo a 6,5% la tasa de intervención. 

Las entidades financieras no recortan sus tasas a la misma celeridad con que lo ha venido haciendo el Emisor.

No hay ninguna razón de peso que impida a los bancos reducir los costos del dinero este primer tramo del año.
Tampoco existen motivos que dificulten abaratar el crédito de inmediato.

Si los bancos querían que Gobierno y Banco Central ayudaran bajando los tipos de interés, están bien servidos.

Ahora, es tarea del sistema financiero actuar en concordancia. 

Todo está servido para que el crédito bancario abarate sus costos, sin esperas.

Disminuir tasas activas o de colocación significa ir en tres direcciones: aumentar el nivel de endeudamiento, mejorar clima de inversión y estimular consumo.

Si estos tres elementos se reactivan, será posible mejorar condiciones de la economía tales como ventas, pedidos, facturación y crecimiento.

Otro aporte tiene relación con el aumento del financiamiento hipotecario, expansión de la demanda de vivienda y reanimación de la construcción.

Estos elementos, a su vez, impulsarían la creación de nuevos empleos, el gran dolor de cabeza para más de 2,3 millones de colombianos.

Significa, entonces, que ahora está en manos de los bancos el segundo tiempo del partido: rebajar sus tasas de interés.

El margen de intermediación -la diferencia entre la tasa de captación y la de colocación- ha sido favorable a las entidades financieras del país.

Es tiempo de hacer una contribución con la economía, los clientes y usuarios del sistema financiero.

Son los ahorradores los que con sus recursos y depósitos mantienen la confianza del sector financiero.

Ciertamente la remuneración del ahorro en Colombia no es atractiva y se la ‘come’ la inflación. 

Los bancos, entonces, tienen espacio para seguir obteniendo ganancias, aun recortando tasas de interés.

Si descienden los costos del dinero a partir de mayo, podría mejorar el escenario económico para el segundo semestre de 2017 y apostarle a un crecimiento siquiera del 3% anual.

Una herramienta básica para lograr un mayor crecimiento económico capaz de responder por nuevos puestos de trabajo y apertura de factorías, pasa en alto grado por la solidaridad del aparato productivo con el país.

Menores tasas de interés se verán compensadas con mayor utilización de líneas de financiamiento por parte de empresas y particulares, lo que, a su vez, incrementará el consumo de hogares, de capa caída en los primeros cuatro meses del año.

No hay nada que justifique darle más largas al descenso en los costos del dinero. Banqueros dirán ahora que es cuestión de oferta y demanda, de las reglas del mercado. 

¡Bájenlas, ya, sin más vueltas ni rodeos!