En los últimos 30 años Bogotá ha tenido 12 alcaldes, de ellos 9 electos: Enrique Peñalosa en dos oportunidades, Antanas Mockus en otras dos y los encargados fueron Sonia Durán de Infante, quien reemplazó a Juan Martín Caicedo, destituido; Paul Bromberg sustituyó a Mockus, por renuncia; Clara López Obregón a Samuel Moreno, por separación del cargo. Los otros alcaldes terminaron sus periodos. Estos fueron: Andrés Pastrana, Jaime Castro, Antanas Mockus -el segundo mandato-, Lucho Garzón, Gustavo Petro y Enrique Peñalosa el primero y, con seguridad, el actual también.
La Constitución considera la revocatoria del mandato a los gobernantes por iniciativa popular. En el caso de Bogotá casi a todos les han interpuesto dicho mecanismo sin éxito hasta ahora y no será a este último a quien lo revoquen sin razón ni justificación. Peñalosa es un gerente de ciudad, un buen alcalde, persona planificada y prudente, sabe lo que hace y de verdad recibió una ciudad con inmensos problemas heredados de la anterior administración del alcalde Petro, que dejó a Bogotá en ruinas, tanto económica como socialmente dividida, así como derruida. Pero a Petro no pudieron sacarlo ni por revocatoria, que se la lanzaron, ni por Procuraduría.
Eso de la revocatoria a Peñalosa es absurdo, mucho menos a un alcalde que da resultados. Los motivos de los cuatro grupos que buscan esa acción son políticos, escudados en temas como la construcción del metro ¡En qué cabeza entra que una obra de esa magnitud esté en un año, cuando el proyecto lleva más de 70 años en estudios! Al finalizar el mandato de Peñalosa tendremos Metro, no operando pero sí contratado y seguramente en obra. Un Metro elevado como es su propuesta. El otro tema que motiva es haber acabado con el Bronx, generando pequeñas ollas. Esto ya se vivió anteriormente cuando se acabó “El cartucho”. Tener guetos de esas condiciones es lo peor para la ciudad. Había que terminarlo y enfrentar el problema de los drogadictos. Ahora, el asunto de la reserva Van Der Hammen, pues la verdad es que esos son unos terrenos urbanizables, ahí no existe ni fauna ni flora en alta proporción que sacrifique el desarrollo. La idea es conservar lo poco medioambiental que existe y permitir el desarrollo, en especial el desembotellamiento de la ciudad.
Los otros temas tienen que ver con la venta de la ETB y la privatización de los hospitales, programas que se arrastran de la ‘Bogotá Humana’ de Petro. A Peñalosa le ha tocado asumir esas iniciativas. En fin, ¡Qué difícil se hace gobernar y tener contento a todo el mundo! Unos por hacer, otros por no hacer. Ojalá ninguna de esas iniciativas de revocatorias prosperen y que el alcalde termine su mandato dejando una ¡Bogotá Mejor!
arangodiego@hotmail.com
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