Lo dice la sabiduría popular.
Los mamertos son expertos en volver miserable un país. Cuba, una próspera economía azucarera, es hoy una decadente nación. Venezuela, ni hablar. Argentina ya alcanzó el ciento por ciento de inflación anual. Rusia tiene un PIB inferior al de todos sus vecinos. China, sin dejar de ser comunista, se volvió capitalista en materia económica (sí, así es) y hoy es la segunda potencia económica mundial.
En Colombia ganó las elecciones una propuesta de cambio. Realmente necesitamos cambiar para mejorar algunas cosas. Pero lo que se está haciendo es cambiar para peor, probablemente porque se quiere tanto a los pobres que se quiere que haya más.
El senador De la Calle lo dice bien: “la visión -y por tanto la estrategia- viciada del presidente, lo han llevado a ingresar a un verdadero laberinto. Aún no sabemos si posee un hilo de Ariadna que le permita descifrar la salida".
Yo tengo la sensación de que el único motor de Petro es el dinero público. La reforma a la salud se construye sobre la idea de que una entidad gubernamental, la Adres, sea la que maneje todos los fondos de la salud porque son públicos. La de pensiones busca que la mayoría de los dineros se vaya a Colpensiones, aunque sean ahorro personal y no público. Entiendo que se ha añadido a la ponencia un artículo que impediría que esos recursos se usen para proyectos gubernamentales, lo cual en Colombia no quiere decir nada porque sería posible, por ejemplo, invertirlos en bonos del Estado. Los movimientos que han cambiado la dirección de Ecopetrol, empresa que tuvo en el 2022 el mejor año de su historia, y la prohibición de hacer nuevas exploraciones -que cuestan plata, claro está-, buscan acumular efectivo para poner esa empresa a hacer inversiones para las que no está diseñada. Eso llevaría al mismo destino que destruyó a Pdvsa que era, como lo es Ecopetrol, la joya de la corona.
Este tema está íntimamente ligado con la transición energética porque se sacrifica el futuro económico del país en aras de un cambio. Pero para que ese futuro pueda darse en buenas condiciones no se ha hecho nada. Empresas como Frontera, Parex Resources, ExxonMobil, Geopark y Emerald Energy ya están haciendo maletas y Enel suspendió su proyecto bandera de energía eólica porque las comunidades guajiras -donde los niños se mueren por desnutrición- que obtendrían beneficios económicos y energía eléctrica, se oponen por razones ecológicas (?) a la instalación de los molinos y de las líneas de transmisión. Encima de todo, las demoras en Hidroituango, causadas por una ficha de Petro, y el Niño que se avecina nos van llevar a un apagón como el de hace 30 años. Echémosle la culpa al régimen, como decía Álvaro Gómez.
Me pregunto, porque está vinculado con hacer más miserable el país, si es lógico que Petro se oponga, por todos los medios a su disposición, al metro elevado y quiera que se haga subterráneo, que vale el doble y se demora cinco años más, simplemente porque durante su alcaldía no fue capaz de arrancar el proyecto que tenía pensado. También me pregunto por qué la Anla, cuyo director fue nombrado en septiembre pasado, paró el proyecto del Regiotram, dizque por razones ambientales. Es un tren eléctrico que utilizaría una vía existente, disminuiría emisiones y mejoraría la calidad del aire. Los que viven en la periferia seguirán gastando de una a dos horas para llegar a su lugar de trabajo. Recordemos que Bogotá contribuye con el 25% del PIB nacional.
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