El derecho a la protesta no puede utilizarse como una alternativa para ejercer presión deliberada e irresponsable en perjuicio de la colectividad, a cambio de beneficios supuestamente justos, individuales o de grupo.
Una manifestación de inconformidad puede ser razonable mientras se ejerza a través de los cauces legales y no mediante la provocación y el desencadenamiento de disturbios y mucho menos si se lesiona el aparato productivo o comercial, la infraestructura económica pública o privada o se auspicia la violencia en sus diferentes expresiones.
Entonces, el absurdo paro camionero, de no todos los transportadores del país sino de una minoría irracional, desafiante e iracunda, se convirtió en otra expresión terrorista en contra de los productores del campo, los más golpeados por la insurgencia, los fenómenos climáticos “El Niño” y "La Niña", como del abandono estatal en Cundinamarca, Boyacá, Valle, Nariño, Antioquia, y Caquetá, entre otros.
El paro ha afectado no solo la recolección, acopio y distribución de la producción de alimentos, entre ellos la leche, y los huevos, fundamentales en la dieta diaria de los colombianos, especialmente de infantes y ancianos; sino también el abastecimiento de insumos y materias primas, combustible y concentrado para animales.
Entre tanto, si bien se ha venido prestando el acompañamiento de la policía en las carreteras como una demostración de seguridad, éste no siempre ha sido exitoso, pues varias veces, por lo menos en Antioquia que sepamos, en su presencia hubo agresiones y "¡parte sin novedad...!!!"; mientras en Cundinamarca en un caso programaron la escolta y nunca llegó.
De la misma forma, todos los productores y agroindustriales de la zona de los disturbios traen pérdidas acumuladas de años atrás por diversos motivos.
"Al caído caerle", pareciera ser entonces el propósito de los promotores del caos.
Además, son estas unas actividades comerciales que no se pueden suspender de la noche a la mañana, dada su propia naturaleza y condición. Ni a las vacas se les puede pedir que dejen de producir leche, ni a las gallinas que dejen de poner huevos.
Así mismo, en su mayoría son explotaciones a pequeña y mediana escala que requieren de un ingreso diario.
Más de cuarenta días de paro no los soporta quien no esté financiado.
Por eso preguntamos, ¿Cuáles son las fuentes de financiación de los camioneros en paro? ¿Quién las provee?
¿Los camioneros quieren resolver su problema, a costa de perjudicar a quienes les proporcionan la carga o hay motivos ocultos en el trasfondo de los hechos?
¿Y si no es así, cómo se explican las pedreas y las agresiones convertidas en un caos de orden público?
Igualmente, hay algo más grave: donde aparentemente han cesado los bloqueos las amenazas se han vuelto personalizadas para quienes no comulguen con los auspiciadores del desorden, y eso, es delinquir.
En consecuencia, a los negociadores solo les queda como única opción, entender y aceptar que si sus peticiones las consideran verdaderamente razonables, no pueden por ningún motivo seguir causándole tanto mal al país, por cuenta del amedrentamiento y la agresión inspirada en intereses vandálicos y con otros fines.
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