En mi anterior artículo titulado Dolor de padre, algunos de mis lectores se sintieron indignados por cuanto deducen que Petro no tiene alma que lo conmueva ni aun con su propio hijo. Pero escuchando la entrevista que Nicolás Petro le concedió a Vicky Dávila, advierto el dolor de hijo que éste manifiesta respecto a su padre, quien le dio la espalda solo deseándole suerte y dejándolo que las fauces de la Fiscalía lo devoren con ese arsenal de pruebas y confesiones que el mismo proporcionó a más de las aportadas por su acusadora exesposa Daysuris.
Entrando un poco más en el tema, Nicolás advirtió que no se inmolaría por su padre, que por el único que lo haría era por su hijo, que está por nacer. Él se siente traicionado por su papá, por su tío, por su exesposa, por su hermana, por su madrastra, por su familia, por sus amigos y por la campaña, es decir en absoluta soledad, razón por la cual decidió colaborar con la justicia y entregar toda información comprometedora y así tratar de salvarse solo.
Pero en el fondo de su corazón siente un profundo dolor de hijo, pues infiere que aun los errores que cometió, su padre lo dejó solo en las garras de los leones, nada hizo para defender al hijo por preservarse el mismo, le importó más las mieles del poder que su propio hijo, así lo manifestó Petro con desparpajo en un discurso de plaza pública recientemente en Sincelejo.
Lo anterior muestra lo que en el fondo es este personaje elegido presidente que traiciona a su propio hijo, así mismo a sus allegados políticos y peor al pueblo que lo eligió, pues quienes votaron por él lo hicieron convencidos de su oferta de cambio, por la pulcritud de su campaña y mandato, la misma que a un año de gobierno no se ve por ninguna parte, lo contrario llena de escándalos, corrupción, mentiras, inseguridad, alza en el costo de la vida, en los combustibles, paros en las carreteras, levantamiento en su contra de las comunidades que le votaron, inestabilidad política, reformas fallidas, inseguridad disparada, narcotráfico en auge, guerrilleros y delincuentes favorecidos, imagen de favorabilidad por el suelo y todo debido a su incapacidad administrativa, personalidad errática y torpeza política.
Pero volviendo al dolor de hijo, este es un asunto real, porque un padre ante los errores de un hijo lo acoge, lo que no significa que apruebe sus actitudes, pero no le voltea la espalda. Esto ha sido lo que el hijo de Petro sintió y lo llevó a abrir el ventilador, que seguramente traerá grandes problemas al gobierno de su padre, que de por sí ya perdió credibilidad y legitimidad. Vendrán más y más pruebas que serán muy difíciles de controvertir y finalmente esto podrá ser el principio del fin de este nefasto gobierno que lamentablemente se eligió.
Todo lo anterior bajo un drama familiar de esposos, padres e hijos, hermanos y en fin toda una familia que más allá de ser el ejemplo de un país, es la vergüenza para los colombianos.
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