MIRADOR
Es peor

No va bien el experimento de reanimar la alicaída economía con decisiones que más bien agravan la situación: encarecer el dinero y cobrar más impuestos.

Todo indica que subir las tasas de interés para controlar el costo de vida no está ayudando para nada.

El consumidor siempre llevando la peor parte. Así, nadie mejora.

El enfriamiento del consumo de los hogares en varios renglones de la economía, demanda soluciones que alivien, no decisiones que dañen más al enfermo.

También ocurrirá lo mismo cuando llegue la temida reforma tributaria que en la práctica es meterle la mano al menguado bolsillo de los colombianos.

El Ejecutivo debe actuar rápido y con sentido común para enfriar una olla a presión que puede estallar en sus manos.

Si a la economía le va mal y es flojo el consumo interno, no resulta lógico de un lado encarecer el costo del dinero, y del otro, aumentar impuestos por doquier.

Si la economía global crece poco y la colombiana igual, es preciso adoptar acciones audaces y oportunas para evitar una recesión.

El país no puede estar expuesto a los avatares del proceso de paz para hacer bien las otras tareas.

La Nación no debe estar sumergida en el torbellino del SÍ o el NO del plebiscito que refrende acuerdos de paz con las Farc, ignorando o pasando por alto la salud de la economía nacional.

La economía es como el cuerpo humano, aparecen síntomas y es mejor acudir el médico. No es sano esperar a que el mal avance.

Si vamos a crecer por debajo del 3% -es muy malo si queremos prosperar y generar empleos- no conviene encarecer las tasas de interés porque se resiente aún más el consumo doméstico.

Crédito bancario caro favorece a los banqueros el país, no más.

Si los intereses suben, se amplia el margen de intermediación financiera, es decir, los bancos se quedan con el grueso de la tajada: prestan caro y captan barato.

Bajar la inflación y reanimar el consumo no prospera elevando el costo del dinero, pero en cambio hace que la gente se aleje del crédito y no compre con dinero plástico.

Equivale a que es peor el tratamiento que la enfermedad.

Si además el Gobierno viene con una rama dando fuete a los contribuyentes, peor pinta el panorama.

Elevar el IVA al 18 o 19%, da igual, va a desestimular las ventas en el comercio nacional y encarecer canasta familiar.

Es como decir: vamos mal, huele a recesión, aprobemos el plebiscito por la paz; y a cambio esperan alza de intereses y mayores cargas fiscales.

Hay un aire de incertidumbre popular.