“La ambición llevó a malos pasos a esa multinacional”
Las hazañas de corrupción y tecnología de la famosa constructora Odebrecht aparecen en los informes de los medios de comunicación, desligada del fermento político del socialismo, cuando en realidad se trataba de un matrimonio político morganático, entre Lula, como jefe de Estado y del Partido de los Trabajadores, con la emblemática firma privada del Brasil. Los socialistas del siglo XXI ponían su influencia, con Lula como jefe de relaciones públicas y la constructora se encargaba de licitar, sobornar y hacer las obras.
Sin duda se trataba de la primera empresa de la región, con obras ejecutadas en diversas partes del mundo. Un juego en el cual burócratas y empresarios privados se enriquecían, sin importar el signo político. Si algunos fondos de la operación financiera y corrupta, no hubiesen pasado por la banca estadounidense, no se habría producido la investigación Lava Jato, ni nos habríamos enterado del turbio negociado que compromete a diez naciones de nuestra región y en algunos casos a sus gobernantes, empresarios amigos, partidos, ministros y altos funcionarios, sin distinción ideológica. Varios gobernantes están bajo la mira de los jueces y algunos han caído y otros están a la espera de ir a prisión.
El fiscal del Ministerio Público Federal Roberson Pozzobon, quien en la actualidad investiga el caso, estima que hoy es posible desenvolver la madeja de la corrupción internacional, dada la estrecha relación de la justicia. Lo que es relativo, por cuanto en algunos países algunos jueces y funcionarios influyentes están salpicados. En cualquier caso, se avanza como nunca antes en las investigaciones. En el Brasil la solidaridad de la izquierda con Lula ha sido casi total, apenas la intervención valerosa del comandante del Ejército en defensa de la Constitución y la democracia, forzó al jefe de la izquierda a renunciar a sus ambiciones electorales por llegar otra vez a la presidencia. Mas su inmensa popularidad demuestra la doble moral de sus seguidores, amigos y aliados.
Aquí el encargado de la campaña de Juan Manuel Santos, quien exculpa a su antiguo jefe, es enjuiciado y sigue el proceso en prisión. El fiscal general Néstor Humberto Martínez delega la investigación por haber sido abogado de las partes. No todos los gobernantes señalados en la trama de negociados de la poderosa compañía de Brasil han sido inculpados o sentenciados y varios han sido absueltos. Por lo que se debe proceder con suma cautela en los diversos casos. Fuera de Lula, otros presidentes de Brasil resultaron limpios, un tercero es investigado y la señora Bachelet, en Chile, se cayó por ser una ficha clave en el escándalo.
El presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, socio de una próspera constructora, renunció sin que le hayan probado ningún delito. El expresidente Humala estuvo preso con su esposa, recién lo liberaron y sigue bajo investigación. Toledo y Allan García son investigados, ambos están fuera del país.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, está bajo sospecha por varios contratos leoninos. Al exvicepresidente Jorge Glas lo condenaron a 6 años de prisión y a pagar una indemnización de 7,5 millones de dólares.
En Argentina, Chile, Guatemala, México, República Dominicana y Venezuela se avanza más lentamente en las investigaciones. En varios de estos países envueltos en la trama corrupta, las obras ni siquiera se ejecutaron.
La corrupción en materia de obras públicas en nuestra región no es un invento de la compañía Odebrecht: En tiempos de su majestad Felipe II se quejaba, desde El Escorial, que dados los gastos cuantiosos en ejecutar las murallas y fortalezas de Cartagena, como era posible que no las pudiera ver desde su palacio. No fallaba el olfato al monarca, hubo algunos malos manejos en la ejecución de la misma, que se controlaron a tiempo. No quiere eso decir que todas las obras públicas se consigan por medio de la corrupción y el soborno. Tampoco quiere decir que la empresa brasileña fuese incompetente. Por el contrario, llegó a donde llegó por tener los mejores profesionales, especialistas y visionarios empresarios en su equipo. Los perdió la ambición y la alianza con políticos sin escrúpulos. Gran parte de los empresarios de la construcción nuestros son elementos capaces y son exitosos por su eficacia y probidad.
Se debe tener mucho cuidado con inculpar a las empresas por eventos de corrupción de sus empleados, que se ven envueltos en escándalos por procedimientos dolosos, ajenos a los socios o dueños. En no pocos casos, empresas corruptas se valen de terceros y de empleados ambiciosos y sin escrúpulos para lograr sus objetivos nefandos. Por lo mismo existe un aparato judicial competente para investigar cada caso. Colombia necesita grandes obras de infraestructura en la periferia, de puentes como el del llano, represas, de carreteras y de obras de todo tipo que es preciso ejecutar para desarrollar el país.
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