La Sociedad de Agricultores de Colombia SAC, La Bolsa Mercantil y El Periódico Portafolio, organizan cada año un evento denominado Congreso Internacional de Financiamiento y Comercialización Agropecuaria FYCA, al cual concurren entre 300 y 400 personas, en su mayoría empresarios del sector y funcionarios del Gobierno, a escuchar planteamientos de diferente índole en las áreas mencionadas, con panelistas internacionales y nacionales de vasta experiencia y conocimientos.
Un día antes, tiene lugar la Convención Nacional de los Comisionistas de la Bolsa Mercantil de Colombia BMC, sumando así tres días de trabajo y reflexión, como lo fueron 19, 20 y 21 de octubre pasados, con importantes conclusiones, que bien vale la pena mencionar entre otras, no porque sean nuevas sino porque denotan la unidad de criterio y el consenso respecto de ellas, en procura de diseñar alternativas y articular determinaciones que contribuyan de una vez por todas a las soluciones requeridas.
Veamos:
En Colombia "El sector agropecuario necesita políticas de Estado" que permanezcan en el tiempo; no solo decisiones coyunturales o para periodos específicos de un solo Gobierno.
En los momentos actuales no corresponden siquiera a un cuatrienio, sino a lo que pueda durar un ministro en el cargo.
Se necesita visión de largo plazo y estabilidad en los programas. "Urge así mismo, una política comercial para el agro”. Tampoco la hay.
"No existe una política de exportación agropecuaria"; pero lo más grave aún, es que no haya unidad de criterio sobre las decisiones arancelarias entre el Ministerio de Industria y Comercio y el de Agricultura y Desarrollo Rural".
Y como si fuera poco, "las medidas no arancelarias generan además, entre un 10% y un 20% de sobrecostos para los exportadores".
"La investigación agropecuaria ha entrado en un franco y profundo deterioro"
"Hay una preocupante mezcla de agricultura familiar con la política electoral"
"El agro empresarial prácticamente es incipiente o no existe".
"No hay un seguimiento juicioso a los Acuerdos Comerciales"
Se requiere, estructurar la administración del riesgo, siendo un sector de inmensa vulnerabilidad a todo tipo de factores que lo inducen.
Es esa la triste realidad, para no hacernos más extensos y tener que hablar igualmente, de financiamiento, inseguridad jurídica, impuestos y otros problemas de gran envergadura como la falta de infraestructura y logística que ocasionan un 15% de mayor costo en la comercialización.
Motivos por los que la balanza Comercial de Colombia ha caído de manera sistemática en los últimos 10 años.
Entre tanto, la experiencia internacional nos enseña, cómo en el Canadá apoyan el agro para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria; para una mayor estabilidad social; como actividad económica; por que la producción de alimentos tiene demanda asegurada de corto y largo plazo; porque crea empleo; porque desarrolla la cadena de valor y genera riqueza.
Por supuesto se requiere ser competitivo para permanecer en el mercado, y ahí es donde tenemos mucho por hacer.
En Turquía, el Gobierno apoya la agroindustria y se estimula la inversión en proyectos que generan valor agregado.
En consecuencia, estamos frente al reto de hacer rentable el campo.
La Unidad Agrícola Productiva y la participación de los inversionistas, más la fuerza laboral campesina de una determinada región, con el apoyo de los gremios, es una buena mezcla.
Las alianzas productivas con la participación de una Organización Gestora Acompañante, OGA, y un aliado estratégico para el aporte de recursos, es un buen ejemplo en casos de comunidades emprendedoras de pequeños y medianos productores.
E igualmente, los incentivos a la inversión privada nacional o extranjera para concesionar potenciales zonas de producción carentes de infraestructura y de capital, con el respectivo encadenamiento de cada uno de los eslabones productivos y el esquema de clúster a nivel regional y local, terminaran siendo el motor de la agricultura empresarial que necesita el país.
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