Contra todo pronóstico el plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el Estado colombiano y el grupo guerrillero de las Farc-EP lo ganaron los del No. Lo hicieron por una exigua diferencia de menos de 60.000 votos, pero son ganadores. Y tienen derecho a celebrar, aunque no sea fácil saber muy bien qué es lo que en realidad celebraban los que en la noche del domingo recorrían la carrera 7 de Bogotá haciendo sonar las bocinas de sus automóviles.
6.430.905 dijeron No. Y son en este momento mayoría. Por tanto las negociaciones deberán incluir sus opiniones. Ahora bien, cuáles son las de todos esos más de seis millones de personas para acabar con el conflicto. Cuántos de esos votantes lo hicieron contra las negociaciones como forma de resolver el conflicto y lo que realmente quieren es una guerra abierta que acabe hasta con el último guerrillero. Ahora que las Farc publicaron el número de combatientes, es probable que a los señores de la guerra no les parezca muy difícil matar 6.700 guerrilleros. La mala noticia para los de esa tesis y para nosotros, es que del otro lado también disparan.
No creo que todos esos seis millones de personas sean uribistas. Pero es obvio que el ex presidente es claramente ganador de la jornada. Él se la jugó desde el principio por el No, incluso contra sectores de su propio partido que aconsejaban la abstención. Probó una vez más que es el político que mejor se comunica con la gente. Lo que habla muy bien de él, pero muy mal de la gente. Pero la gran pregunta es ¿A cuántos representa Uribe?. Y si el Presidente Santos dijo en su mesurada alocución que invitaba a los opositores, ¿A cuántos de los comités por el No, invitará? ¿O le atribuirá toda la fuerza electoral del no al uribismo?
Si el uribismo dijo que su negativa, no era a la paz, sino a los Acuerdos. ¿Cuáles son los puntos concretos que quiere modificar? ¿Cárcel cómo única forma de sanción penal? Y si es así, ¿Cuánta es suficiente?. ¿El proyecto original de la ley 975 de 2005, que facilitó el sometimiento de los paramilitares, es su punto de partida. ¿O de llegada? ¿No elegibilidad política para ningún cabecilla? ¿Ninguna curul anticipada? ¿Acabar con la justicia transicional? ¿Cuánto del Acuerdo de Víctimas les gusta? ¿Hay algo que les guste?
Somos un país dividido en el sentido literal de la palabra. Seis millones de personas a un lado y seis millones al otro. Y veintidós millones a los que les importa un pito lo que pase con el país. Indiferentes, es la forma políticamente correcta de llamarlos. Hay otras palabras para mencionarlos, pero son impublicables.
Como decía Laureano Gómez, a la gente hay que creerle. Y los del No hicieron campaña sobre ese juego de palabras, típico de algunas conductas de maltrato familiar. Que el no, no es no, sino sí. No a los Acuerdos pero si a la paz. Ahora que ganaron que nos den una fórmula concreta para lograrla.
@Quinternatte
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