OPINION ORBITAL
Un premio a la paz

"El más importante premio es la paz", dijo en las últimas horas el Presidente Juan  Manuel Santos al ser notificado que le habían otorgado el codiciado Premio Nobel de la Paz por su tenacidad e inquebrantable voluntad política en la búsqueda de la terminación de nuestro conflicto armado.

El país entero recibió la buena noticia como una "gran bocanada de oxígeno", para el propio proceso de paz, que ha estado sometido a grandes presiones desde que se conocieron los resultados electorales de los comicios del pasado domingo. "Tenemos que entender dicho premio como un catalizador que le está diciendo  a Colombia que las partes en conflicto está recorriendo juntas el camino correcto", dijo el expresidente Oscar Arias de Costa Rica, también galardonado con el mismo premio por sus esfuerzos en pro de la paz centroamericana, hace unas décadas.

Precisamente en nuestra última columna habíamos  escrito que  no se trataba de que el presidente Santos estuviera persiguiendo en galardón sino que, por el contrario, por sus evidentes y loables esfuerzos para finiquitado, lo que estaba buscando era pasar a la historia. "No es el Nobel, estúpido, sino la historia", acotábamos. 

Ya oficializaba la merecida y excelente noticia ella llega, repetimos, como un grande y necesario apoyo a los esfuerzos presidenciales por devolvernos la tranquilidad a todos los colombianos y asegurarles el futuro a las generaciones por venir. Ha sido pues un fin de semana muy movido para la Casa de Nariño. Quizás un final de una  semana  muy rica en acontecimientos y, sin dudarlo, la más decisiva en lo corrido de los seis años de gobierno santista.

 Como si no fueran suficientes las buenas nuevas de Oslo, el Primer Mandatario se benefició directamente de un gran escándalo producido en las toldas uribistas. El propio gerente de la Campaña del No, Juan Carlos Vélez, "confesó" al diario La República, que esa campaña uso y abusó de estrategias claramente engañosas para mover la voluntad popular a su favor, algo que los líderes del Sí venían denunciando desde hace no poco tiempo. Este episodio, a no dudarlo, va a enturbiar mucho las aguas y es un duro revés  a la aspiraciones de la oposición, en su pretensiones por modificar los acuerdos de La Habana, Todo esto ocurre  en medio de los esfuerzos que están haciendo las partes confrontadas por sacar avante un acuerdo final y para buscar puntos de encuentro y soluciones viables que eviten que el proceso estalle  en mil pedazos y se malogre lo hasta ahora acordado. 

Aquí tampoco la oposición se ha anotado puntos porque se han sentado a la mesa sin mayores opciones y sin poder concretar sus reservas, dándoles la razón  a quienes aseguran que sus posiciones han sido más emocionales que racionales. Un ejemplo. A las acusaciones  del expresidente Uribe en su cita palaciega de que la oposición no había tenido garantías electorales adecuadas, el mandatario le respondió: "Por favor, fueron tantas y tan claras que les garantizaron el triunfo a los del No".

Adenda

El país debe permanecer optimista sobre la firma del Acuerdo Final. La única opción viable es la paz. No lograrla será un pecado que la historia no perdonará a los protagonistas del proceso.