En toda democracia cuando se trata de elegir presidente y vicepresidente se asumen riesgos, pues es necesario asegurar su estabilidad, sus instituciones, y quizás, lo más importante, el destino de los derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos, consagrados en un Estado Social de Derecho.
Teniendo en cuenta el impacto de las decisiones que deberán tomar, es imperativo revaluar los requisitos para ser presidente y vicepresidente.