El domingo tuvimos que despedir con tristeza al doctor Roberto Arias Pérez, no obstante lo duro que es decir adiós a personas que nos son queridas, en el caso del doctor Arias Pérez nos queda la satisfacción de haber podido conocer a un hombre excepcional que se destacó tanto en sus labores particulares, profesionales, como públicas por su sabiduría, don de gentes, inteligencia, amor por la cultura, así como el empeño que siempre puso en el cumplimiento de sus labores, todas ellas impregnadas de honradez e integridad en su intento por alcanzar siempre la excelencia.
Fue así también un colombiano que, orgulloso de sus raíces, buscó marcar huella como sólo pueden hacerlo aquellos que no conciben mediocridad sino que intentan la perfección de cada detalle, la rectitud y honradez. Despedimos a un hombre que entendía el valor de la palabra dada y en resumidas cuentas un visionario que comprendió que la actividad privada podía tener un sentido social a través de lo que es hoy Colsubsidio; una caja de compensación familiar que a través de la redistribución económica y su naturaleza solidaria, mejora la vida de los trabajadores colombianos.
Roberto, como lo conocimos sus amigos, fue además de ese abogado profesional y líder en su sector, un hombre de familia, esposo, padre, abuelo y desde hace 18 años también bisabuelo. Tengo la fortuna de conocer su linda familia y sé que fue siempre un hombre entregado, cariñoso y comprensivo. Inculcó junto a su esposa Gloria en el hogar que formaron y que compartieron durante esos más de 70 años de matrimonio, a su hija, la doctora Gloria Arias Nieto, a sus tres nietos y cuatro bisnietos, valores y amor por Colombia y esos principios familiares que los hacen personas genuinamente buenas, sencillas, íntegras, honestas. Por eso, mis palabras de aliento y apoyo son hoy para su familia. Mi más sentido pésame en estos momentos y mi eterno agradecimiento a ustedes por dejarme a mí y a muchos colombianos disfrutar y compartir de la compañía y sabiduría de Roberto.
Y es que en mi caso, aunque fuimos de generaciones distintas, tuve la oportunidad de verlo actuar como Presidente y fundador de Colsubsidio, mejorando las condiciones de nuestro pueblo y llevando a nuestro país a un gran progreso social; como rector de la Universidad del Rosario, modernizándola y permitiendo la participación de los estudiantes; y como el motor de la construcción de un teatro que ha abierto las puertas de la música y de las artes escénicas a los colombianos permitiendo que disfrutemos de obras y espectáculos de primer nivel, teatro del que él mismo fue un espectador asiduo.
Doctor Roberto, su memoria siempre vivirá entre los colombianos, mi adiós más sentido.
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