Durante estos días se está celebrando en Corferias el aniversario 35° de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, un evento organizado por la Cámara Colombiana del Libro y Corferias, que se ha convertido en un patrimonio de los colombianos y en una plataforma fundamental para la promoción de la lectura y la cultura en nuestro país.
La Feria del Libro, más allá de representar durante 15 días la librería más grande del país, se ha convertido en el símbolo de la importancia de la lectura, sobre todo en las nuevas generaciones, y en el símbolo del papel fundamental que juega en una sociedad el debate y el diálogo de diferentes ideas y pensamientos para la construcción de un mejor país.
Desde la lectura se contribuye al fortalecimiento y transformación de la sociedad al sembrar palabras, cosechar lectores, alimentar la cultura y reconocer las obras de miles de autores que nos cautivan con sus historias en cada página y nos invitan a soñar en ideales fundamentales para la humanidad.
Necesitamos de muchos más espacios como la FilBo para el desarrollo de las ideas donde se permita el debate, pilar fundamental en la construcción de las democracias desde hace miles de años y que hoy sigue siendo importante para mantener sociedades equitativas e incluyentes.
En una sociedad en constante cambio, es fundamental tener una mente abierta y curiosa para poder entender y adaptarse a los cambios y los desafíos que se presentan y es ahí donde la lectura se convierte en una herramienta poderosa para alcanzar este objetivo.
Necesitamos que nuestros niños, jóvenes y adultos se enamoren de la lectura para evolucionar como sociedad diversa en paz y como sociedad conformada por ciudadanos promotores de la democracia y de sus valores esenciales.
Sin duda, la lectura es una fuente inagotable de conocimiento, que contribuye a la formación de seres humanos que escuchan, analizan y construyen una opinión propia sin demeritar la del otro. Ciudadanos que son cada vez más conscientes de la importancia de sus palabras, que son críticos y buscan edificar una sociedad más incluyente.
En este esfuerzo, mención especial merece la industria editorial colombiana, que a lo largo de los años se ha venido fortaleciendo y hoy es parte fundamental no solo de una actividad económica exportadora, sino por sobre todo un actor fundamental en el fortalecimiento de nuestro país acercando a millones de colombianos unos de los bienes más sagrados que ha inventado el hombre como lo es el libro.
De la mano de esta industria hemos visto crecer grandes mentes y autores colombianos que conquistan el mercado nacional e internacional con obras literarias que han sido reconocidas por su grandeza, calidad y originalidad, llevando en cada uno de sus libros historias que nos acercan a lo que hemos vivido, a lo que hemos aprendido y las grandes transformaciones que hemos enfrentado.
Bienvenidas las nuevas conversaciones que giren en torno a nuestras diferencias; bienvenidos los diálogos que nos unan como país; bienvenidas las historias que nos hagan soñar en una mejor sociedad; bienvenidos los lectores que se convierten en actores fundamentales de la sociedad; y bienvenidos los libros como fuente inagotable de realización y crecimiento personal.
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