A TRAVÉS DEL TEODOLITO
La justicia en las cárceles

“Múltiples razones por las cuales hay menos presos”

El derecho a pensar sobre las cosas del país es de aquellos inalienables, no solamente con esa cualidad, sino que todo ciudadano, para la buena marcha de la nación está obligado a hacerlo no solamente para estar  bien informado sino  para conocer y a través de hacer públicos sus pensamientos, oír a los que sí saben y tal vez piensan mejor.

En recientes publicaciones la ciudadanía ha estado informada acerca de la superpoblación de los centros de reclusión; con gran preocupación se decía que la gran cantidad de detenidos precautelativamente o cumpliendo condenas los ya condenados, era una situación que atentaba contra la salud y los derechos mínimos de los detenidos, sin importar los delitos por los cuales estaban privados de la libertad. Se decía que la superpoblación de detenidos era de más de doscientos por ciento de la capacidad carcelaria y que aquellos que vivían en esas condiciones podrían llamarse infrahumanas.

La primera reflexión alrededor de esa situación es la de que la delincuencia ha ido en franco aumento, contando con que los jueces obran en forma justa e imparcial. Que los detenidos están allá justamente. O que los jueces no obran así y más bien se solazan con los detenidos o acusados y en forma digamos expedita, resuelven enviarlos a la cárcel, a buen recaudo para librar a la sociedad de unos presuntos delincuentes, si es que no son condenados.  Pero en contraste con lo anterior, hemos leído en algún periódico local, por información del señor Ministro de Justicia que la población en las cárceles ha venido disminuyendo. Esa noticia fue motivo de satisfacción no solamente con las cárceles sino que los jueces no han tenido que mandar a que sean vigilados y guardadas, personas acusadas por algo que se supone ha cometido.

O las campañas que pretenden poner sobre aviso a la ciudadanía con respecto a la comisión  de conductas que son objeto de cuidado por los jueces, han tenido resultados favorables, es una de las conclusiones de la baja en la ocupación de las cárceles, es una de las reflexiones que se nos vinieron a la mente al leer esta noticia; la superpoblación carcelaria ha dejado de ser un problema o sea que la delincuencia ha disminuido. O que los jueces se han vuelto laxos y que la comisión de faltas que obligarían a la detención de las personas no ha disminuido sino más bien que ellos, dada la congestión en las cárceles han resuelto no enviar  allá a los presuntos delincuentes. 

La ciudadanía en general preferiría entender que se ha dejado de delinquir por lo cual las cárceles se están viendo descongestionadas ¿O será que las cárceles han aumentado su capacidad y su aforo ahora es superior?  Lo primero; que la delincuencia es menor que antes, de suerte que las cárceles se ven aligeradas lo cual es alentador. Vaya uno a saberlo, pero bien parece oportuno que quien dijo que las cárceles ahora están menos congestionadas  lo  reafirme, aunque viniendo de autoridad tan alta  debe saberlo bien.