POST-COLUMNA
Liga Vs. Pacto: la batalla final

Reconozco mi poca habilidad en las prácticas adivinatorias, al menospreciar el “Fenómeno Rodolfo”, que creíamos iba a ser de tercera, pero resultó ser de segunda (opción) en la primera (vuelta) superando, contra todas las expectativas, a Federico El Grande, quien debe regresar a la palestra, con todo, en cuatro años, con su mismo fiel escudero. Aquél -lejos de ser, precisamente, un ejemplar millennial- demostró que en este escenario de postmodernidad ya ni los debates radio-televisados ni las tarimas en plaza pública son relevantes a la hora de cautivar a la masa de electores, sobre todo cuando estos lo que apuntan es a un “cambio telúrico” de cosas.

Petro, obvio, iba de primero, porque su discurso populista y mitómano es certero y llega directamente a la “yugular” de los electores, que quieren “matar y comer del muerto” en tratándose de la clase política tradicional a la que tildan de corrupta; pero vaya paradoja cuando la quieren cambiar por una “clase nueva” integrada por su particular cuadrilla de alfiles, cual chiste del Cómico Vinagre, como si creyeran que la Patria ya hubiera dejado de ser “boba” para pasar a ser “bruta”, tal como se expresara reciente e insistentemente a través de ese novedoso medio de comunicación llamado twitter, que jamás hubiera imaginado el mismo Marshall McLuhan, visionario exponente de la “aldea global” al momento de señalar la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación, con base en los existentes por allá en los 60s.

Pero la realidad sigue superando la ficción. A punta de redes sociales tuvo su curso la “Primavera Árabe” que mandó la gente a la calle, allí sí en “estallido social” (sin paga por la peca, como acá) y que depuso dictadores en Túnez y en Egipto, aunque nada pudo hacer contra las metralletas en Siria y Yemen, como tampoco ha podido florecer en la América tropical (Cuba, Nicaragua, Venezuela) países donde la primavera se derritió y se convirtió en infierno para los ingenuos espontáneos que salieron a las calles para pedir cambio de la dictadura por la democracia. Y mientras los mass media tradicionales intentan convertirse en transformers, Rodolfo, inusitado héroe de la Liga frente a la Corrupción, será el encargado de librar la batalla final contra el Pacto maléfico que cuenta, lógico, con el soporte del temible Santos Iscariote.

Post-it. En un extenso chat de tertulia política contamos con la presencia de Enrique Gómez y de su vice Carlos Cuartas, fórmula de Salvación Nacional. Frente a la coyuntura política se les recomendó y algunos contertulios, incluso, llegaron a rogarles que “depusieran” sus aspiraciones en favor de Fico, porque el tema de Enrique -gran candidato- podía esperar 4 años y por ahora lo que estaba en juego era la democracia, por si Petro ganaba en primera. No hicieron caso, prefirieron dejarse contar -con una ínfima votación, que hizo más daño que beneficio a su causa- y en últimas debieron adherir a Rodolfo, tarde, ex post facto. Quizás le faltó a Enrique repasar a su tío Álvaro cuando, parodiando a de Gaulle, hablaba de “La Grandeur”: “si nos movemos hacia el terreno de la grandeza, entonces, por ejemplo, los partidos políticos tienen que pasarse a ese territorio, rápido…”