Un libro fundamental

“Unos pueblos devienen en imperios y otros no”

 

La filóloga española y exprofesora de Harvard ha generado un terremoto en las universidades europeas con “Imperiofobia y Leyenda negra” (2017). Ella tiene al menos tres defectos: ser mujer, su lugar de origen, y hacer un aporte al valor histórico del Imperio español. Todos esos prejuicios gravitan en el ambiente occidental. En cambio, la subvaloración de lo católico en la historia, la insistencia en su atraso, es prejuicio tan arraigado que pasa desapercibido. Y como diría Einstein, el prejuicio es más difícil de romper que el átomo. Ese átomo se introyectó, para quedarse, incluso en los que provienen de esa antigua fe o de esa nacionalidad como sostiene Roca.

Su libro no trata de teología, ella no es creyente. Vargas Llosa escribió un artículo dándole la razón en que la reforma protestante se produjo como una guerra de príncipes locales que vieron la oportunidad de expropiar los bienes de la iglesia, y desataron una lucha contra el imperio español, azuzando discordias religiosas.

Fue la expropiación más grande apenas comparable a la que haría la revolución soviética.

El nobel acepta también, pues la bibliografía es abrumadora, que el tribunal de la Inquisición en toda su historia condenó a muerte tres mil personas. Es decir que Enrique VIII e Isabel de Inglaterra, sobrepasaron por mucho esa cifra sin juicio previo, y sin defensa legal. Esto es posible establecerlo ya a ciencia cierta por cuanto el Vaticano ha abierto al público los archivos de los procesos hechos por ese tribunal. Y los historiadores desde hace años lo consultan minuciosamente.

Aquí en Cartagena de Indias, el número de condenados fue de cinco personas en doscientos años, esto no es una justificación a lo ocurrido, pero si pone en relieve, en perspectiva histórica la verdad frente a la propaganda.  

El libro bellamente editado por la editorial Siruela es, no dudo en calificarlo, un aporte copernicano a la visión histórica predominante en nuestro medio ilustrado. Sostiene que en la historia ha habido poco más de 70 imperios, y que estos se forjan según la teoría del caos. Vale decir que no se puede determinar que fuerzas subyacentes los producen. Pero que, tras cierto tiempo, implosionan y mueren.

No se puede determinar el por qué unos pueblos devienen en imperios y otros no. Por lo regular son pueblos que tienen fronteras con pueblos limítrofes y aprenden a convivir. Y la base de su fuerza es la capacidad de mantener esas alianzas. Es decir que la simple fuerza de potencias predadoras como el inglés no permite el desarrollo a menos que sea expulsado por la fuerza como ocurrió en Estados Unidos cuyas 13 colonias no pudieron poblar y expandirse hasta haber logrado su liberación, y cuya Constitución fue la antítesis del régimen británico de esa época.

Un grupo notable de historiadores de credos diversos o de distintas nacionalidades reconocen este aporte. Creo que el lector se verá sorprendido de la cantidad de propaganda que tomó por cierta toda su vida, eso me ocurrió.