MOMENTO DE LA VERDAD
Llegó hora de la implementación

El país se debate entre quienes querrían que los puntos del nuevo acuerdo hubiesen sido nuevamente sometidos a un plebiscito, como mecanismo de refrendación popular, y quienes pensamos que desde el principio se ha debido escoger el camino del Congreso de la República, que antes que dar una refrendación lo que debe es proceder a desarrollar la instrumentación del acuerdo a través de la reforma Constitucional y las Leyes adecuadas que exigen tal instrumentación.

Por eso creo que llegó la hora de la verdad. Porque para ser claros esta nueva etapa necesita del compromiso de todos, los líderes y partidos políticos, lo cual a mi modo de ver es más difícil y delicado que la misma concreción de los puntos y temas pactados en el nuevo acuerdo y que si no se asume con prontitud y responsabilidad nos puede llevar a tener conflictos de graves alcances institucionales.

El que se diera un incumplimiento por parte del Gobierno y del Estado del acuerdo suscrito puede tener como consecuencia una situación de protesta social nunca antes vista en este país. No sólo porque nos colocaría como faltones de los compromisos pactados ante la comunidad internacional, sino también porque quienes han dado el paso hacia la terminación del conflicto armado, como son los integrantes de las Farc, podrían paralizar las distintas actividades del país a través ya no de la armas sino de la protesta social. ¿Qué líder político o partido tiene cerca de 10.000 personas que pueden dedicar su actividad a ese propósito?

Pero, además, si no se cumplen los cronogramas pactados en el nuevo acuerdo para la dejación de las armas y la incorporación de los actuales guerrilleros a la vida civil en el marco de nuestro Estado de Derecho, seguramente les estaríamos dando argumentos para no cumplir los plazos pactados para la concentración de los integrantes de las Farc, la entrega de armas a las Naciones Unidas y la incorporación a la vida civil. Y de no suceder esto con rapidez existe el grave riesgo que los guerrilleros pierdan la confianza en la posibilidad de paz y terminen retrocediendo a los pactos negociados.

Por otra parte, el Congreso debe ser consciente que la implementación del acuerdo es la formalización jurídica y no el reinicio de una negociación, pues de lo contrario no han debido hacer la manifestación política de respaldo al mismo. Opiniones en el sentido que es la oportunidad para realizar ajustes es interpretada como un riesgo ya que en cualquier momento puede haber modificaciones a los pactos del acuerdo y eso lo que genera es desconfianza en su implementación, haciéndola cada día más difícil.

Lo que no puede existir es más dilación a la ejecución. El Gobierno ya debería haber presentado a consideración del Congreso los proyectos de Ley y reforma constitucional a que haya lugar para que esa corporación vaya dándole el trámite adecuado que establece nuestra Constitución y las leyes de la Republica. Lo demás es poner en juego y bajo un grave riesgo la terminación del conflicto armado.