No es fácil entender, o mejor, “desentrañar” el Acuerdo del “Cese al Fuego” entre el Gobierno y el Eln, que tiene además una estrecha relación con el Acuerdo de Participación y, literalmente, no se puede entender el uno sin el otro.
El dinero no resuelve nada de manera absoluta. Necesitamos de otro brío asistencial. Por desgracia, nos hemos acostumbrado a reducirlo todo a un simple proceso mercantil que, además, suele dejarnos sin alma. Hay que centrarse mucho más en las personas antes que en las cosas. La realidad, por consiguiente, nos llama a un cambio de actitud, que debe residir en equilibrar avances con el fundamento de lo originario. Sólo hay que adentrarse en el planeta oceánico y ver como las corrientes mudan de aires.
La palabra "infante" proviene del latín "infans", que se compone del prefijo "in" (que significa "no") y "fari" (que significa "hablar"). Esta definición resume la postura histórica de nuestra sociedad frente a la niñez: se les ha considerado como sujetos sin voz, sin autonomía ni opinión.
En el cruce de las calles Manuel García Conde con Argüelles, en la española ciudad de Oviedo, hay un roble solitario que, como un silencioso testigo de la historia, se alza vigoroso y vital en medio de la inhóspita esplanada que flanquea uno de los costados del Teatro Campoamor.
Todo esfuerzo que busque avanzar hacia la paz hay que saludarlo con esperanza. Así habría que entender los publicitados acuerdos de tregua con el Eln que firmó el gobierno colombiano en La Habana, al concluir el tercer ciclo de negociaciones.
Algunos medios han recordado la fecha del 13 de junio de 1953 en la cual, se dice, Colombia tuvo tres presidentes y, finalmente, el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla asumió el gobierno con el beneplácito de todos los partidos políticos y de sus dirigentes, salvo una pequeña facción que acompañó al Presidente titular, Laureano Gómez.
Los gobernadores no encuentran el eco suficiente, en el gobierno central, para comunicar los desafíos que enfrentan para atender la emergencia de seguridad que se vive en los departamentos y ciudades, sumada a la incertidumbre sobre los efectos de las reformas y el proceso electoral que se avecina, que afectan directamente la administración de sus recursos, la situación económica y, en general, el ejercicio de su mandato.
Italia y muchos países del globo despidieron con afecto y admiración a Silvio Berlusconi, una leyenda de la política mundial. Había nacido en Milán, en el año de 1936, estando Benito Mussolini en el poder y España en plena guerra civil, en un hogar modesto. Su juventud se desenvuelve en medio de la austeridad y el afecto familiar. Nada lo mostraba como un ser providencial o mesiánico, más bien se le reconocía un sentido práctico y realista para aprovechar las oportunidades que encontraba a su paso.
Después de un paréntesis dedicado a reflexionar sobre las universidades y sobre los profesores y estudiantes universitarios, esta columna vuelve a lo internacional, a los temas y las preocupaciones que le son habituales.
Creo que es preciso hacer que las cosas sucedan, darles un impulso y sostenerlas. Para que ello se requiere fuerza. El quid del asunto está en identificar cuál es la adecuada.