Lo único que podemos hacer para Dios es lo que hacemos por los demás". Si Jesús fuese Alcalde. Bob Moffitt
En medio de un mundo que nos invita a una vida cómoda y egoísta de manera constante, sería bueno ver el ejemplo del Señor Jesucristo que nos anima a una vida de entrega a Dios y de servicio hacia los demás. Quizás una de las cosas que necesita la sociedad colombiana es más amor y servicio unos a otros. Si hiciéramos esto seriamos más felices y viviríamos mejor.
Lastimosamente en el país parece que se da mucho el fenómeno del individualismo, del solo me importa mi vida y nada más. Las comunidades poco se unen para luchar por sus derechos y mejores condiciones para sus miembros. El Estado sirve a la gente pero pudiera hacer mucho más por ofrecer un mejor servicio y mejores condiciones de vida a los ciudadanos y en especial a los más vulnerables.
¿Cómo cambiaremos esto? Necesitamos una cultura de servicio hacia Dios primeramente, y a las personas por amor a Él. Y esta cultura debe iniciar en el Estado pero debe permear todas las instancias de la sociedad, de tal forma que nos convirtamos en un país servicial. En una nación que sirve con calidad a Dios y a la gente.
Es necesario recordar que la razón del Estado debe ser Dios y la gente. Sacar a Dios y a la fe de la dinámica política y de gobierno solo ocasionará el deterioro de su práctica. Dios debe ser el centro de la vida personal y publica de las personas. Todo esto respetando la libertad de cada persona de creer o no creer en Dios.
Si nos convertimos en una nación que sirve con calidad seremos una nación influyente y mucho mejor. Donde la calidad de vida sea mayor. Aunque actualmente se vive en una sociedad donde se prestan servicios con frecuencia, también es cierto que el servicio como un valor y una parte constitutiva de la sociedad debe ser promovido.
Qué bueno es llegar a un país, donde sus habitantes le reciben a uno con una sonrisa y una disposición de servir. Esa es la actitud que se debe promover y debe hacer parte de nuestra cultura.
Y es que esta cultura de servicio puede variar de un lado a otro. Si nosotros vemos en Bogotá las personas en los negocios tienden a ser menos atentas, amables y dispuestas a servir que por ejemplo, en Medellín, donde la gente es más atenta y está más dispuesta a servir, no sabemos exactamente por qué, quizás sea la cultura heredada de los padres que lleva toda la estructura social a que sea diferente que en otros lugares.
A pesar de que Colombia es un país que sirve y que en su sociedad el servicio es un valor. Es necesario promover una cultura de servicio desde, los colegios, las familias, los negocios, si hacemos esto seremos cada vez más felices, prósperos y pujantes. Que el servicio sea un valor importante en nuestro día a día. No vivamos para nosotros mismos solamente, sino para Dios y la gente.
*Politólogo de la Universidad del Rosario
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