Siria y las armas químicas

La guerra debe hacerse leal y caballerosamente como lo ordenaban los Concilios del siglo XI, que crearon la Paz de Dios para dar refugio a los civiles en las iglesias, monasterios y hospitales, y la Tregua de Dios, para detener la guerra para recoger los heridos y enterrar a los muertos.

Al mismo tiempo, un principio del derecho de guerra dice que es permitido usar todas las armas que no estén prohibidas. Se prohíben principalmente, aquellas que no discriminan entre civiles y combatientes. Las Convenciones de La Haya de 1899 y 1907 y una cincuentena de tratados posteriores han ido prohibiendo las armas que no discriminan, como las minas terrestres y marítimas.

En la Primera Guerra Mundial se usaron gases para combatir al enemigo. Los gases venenosos, deletéreos o asfixiantes son un arma letal que no discrimina y fueron prohibidos por el Protocolo de Ginebra de 1925. En la Segunda Guerra mundial no fueron usados, lo que prueba que, en general, los países combatientes respetan las reglas de la guerra. Las Convenciones de armas biológicas de 1972  y 1992 prohibieron el desarrollo, producción, almacenamiento, adquisición  y transferencia de esas armas y exigieron su destrucción.

En 1997 se creó la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, cuya misión es asegurar la destrucción de las armas químicas y evitar su desarrollo o proliferación en el futuro. Todos los Estados son miembros de la OPAQ, excepto​ Israel, que es signatario pero no ha ratificado la Convención sobre las Armas Químicas, y Corea del Norte, Egipto y Sudán del Sur, que no son parte en esa Convención. Siria presentó su instrumento de adhesión al tratado en octubre de 2013  y la ONU le exigió la eliminación de su arsenal antes del 30 de junio de 2014. Un equipo de expertos  de la OPAQ comenzó inmediatamente después de la adhesión a la identificación y el desmantelamiento de las armas en territorio sirio. En 2016 Siria fue declarada libre de armas químicas por la OPAQ, la que, por su labor en esta materia, recibió el Premio Nobel de Paz.

Sin embargo, en abril de 2017, durante la guerra civil siria, el gobierno atacó con gas sarín la población de Jan Sheijun, con alrededor de 100 personas muertas y más de 400 heridas, todos ellos civiles. El gobierno gringo bombardeó la base aérea de Sharyal, de la que habían salido los aviones que arrojaron el gas. Un año después el régimen de Assad atacó con gases la población de  Douma, causando varias decenas de víctimas. La respuesta -el bombardeo a tres diferentes sitios relacionados con la fabricación de armas químicas- la dieron tanto Estados Unidos como el Reino Unido y Francia.

Siria y Rusia dicen que se violó el derecho internacional. Pero éste tiene dos figuras que se usan en ciertos casos: la retorsión que es la respuesta mediante un acto inamistoso que da un Estado a un acto similar de otro Estado -como la expulsión por Rusia de diplomáticos por un acto similar de los Estados Unidos y algunos países europeos por la responsabilidad rusa por el envenenamiento de un exespía-, y la represalia, que es la respuesta mediante un acto violatorio del derecho internacional a un acto de la misma índole de otro Estado. En este caso, al uso de armas químicas prohibidas por la comunidad internacional, ésta responde con un bombardeo. Son figuras autorizadas.

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Coda: ¿Hay algún parecido entre los premios Nobel de Paz a la OPAQ y el de Santos, vistos a posteriori?