“Jugada de Trump es muy riesgosa”
La República Islámica de Irán es una teocracia que el 1 de abril de 1979 sustituyó, después de una revolución chiita dirigida por el ayatollah Jomeini, el imperio persa del Shah Reza Pahlevi. Es un estado de más de 1.600.000 kms2 -un 27% más extenso que Colombia-, situado en el oriente medio y Asia occidental, con límites desde Pakistán y Afganistán hasta Turquía.
En los años cincuenta del siglo pasado y con la ayuda de los Estados Unidos, el Shah inició un programa de energía nuclear con fines pacíficos, el cual, luego de la revolución islámica, fue transformado lentamente en uno capaz de producir bombas nucleares, lo que generó la alarma de las potencias y de Israel, siempre amenazado por sus vecinos musulmanes. El programa nuclear iraní abarcaba una mina de uranio, un reactor nuclear, plantas de enriquecimiento y agua pesada, pero en 2011 el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA), informó que Irán estaba en capacidad de metalizar uranio para una bomba nuclear, lo que provocó sanciones económicas por parte de los Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Unión Europea, a entidades financieras iraníes y el embargo del petróleo iraní.
El 14 de julio de 2015 se suscribió en Viena el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), entre Irán, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad -China, Francia, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos- más Alemania y la Unión Europea, bajo el cual Irán se comprometió, en periodos establecidos, a reducir su plan nuclear, limitar su enriquecimiento de uranio, a no construir nuevos reactores ni fábricas de agua pesada, y a utilizar lo que conserva exclusivamente para uso en fines pacíficos, todo bajo la supervisión de la OEIA y a cambio del levantamiento de las sanciones que le habían impuesto. Este acuerdo es un tratado formal aunque no tenga provisiones sobre ratificación o retiro de las partes y se rige, por ende, por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
El presidente de Israel, Benjamín Netanyahu afirmó, el 30 de Abril de 2018, tener pruebas sobre la existencia de un programa nuclear secreto de Irán, y el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, declaró que "hay miles de documentos nuevos y nueva información. Todavía estamos revisando. Todavía hay mucho trabajo por hacer para determinar con precisión el alcance y la escala de la misma".
Desde candidato, Trump había manifestado que no le gustaba el acuerdo con Irán, probablemente porque la participación de los Estados Unidos provenía de su antecesor, Barack Obama. La oportunidad la pintan calva y Trump decidió no desperdiciarla y anunció el retiro de su país del PAIC, amenazando con castigar militarmente cualquier paso adelante de Irán en la fabricación de bombas atómicas. La reacción de sus amigos en el tratado, pero también la de China, Rusia y el propio Irán, no se hizo esperar, quieren que el acuerdo continúe; lo contrario es muy peligroso.
Un análisis de todo lo anterior no puede hacerse ligeramente. La mente de Trump es inescrutable y siempre está dando puntadas debajo de la mesa. Pero sí se puede preguntar si tiene información secreta y lo que dicen Netanyahu y Pompeo es cierto. De lo contrario, habría que concluir que tiene ánimo imperialista (make America great again) y quiere generar un conflicto que, cree él, puede resolver de una vez por todas la situación en el oriente medio. Solamente que ésta proviene de reivindicaciones religiosas y, no en este momento al menos, de amenazas nucleares. Es una jugada muy riesgosa.
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